24-03-21.- Unos vecinos de Park Slope, el barrio más sofisticado y variopinto de Brooklyn, han creado una página web, una especie de patio de vecindad en el que se informa de lo que ocurre en el barrio: cierres de bares o establecimientos, robos de bicicletas, perros que mean en lugares insólitos; donde se pide consejo para encontrar un médico o un rioja reserva del 16, se ofrecen ropas, juguetes, libros gratis y se indagan las causas del ruido de helicópteros, sirenas, alarmas… Aparte de la parte “escrita”, que suele ser contestada por varios subscriptores aportando, a menudo, excelentes respuestas, hay una sección “gráfica” donde algunos de nosotros colaboramos. Predomina la de perros, gatos, águilas, ratas y un zoo de animales que pululan por el barrio. La mayoría de los americanos son muy amantes de los animales y ponen el grito en el cielo si alguno de ellos es maltratado. Solo una minoría parece ser que se conmueve si matan a un cristiano.
Hace años tuve la suerte de encontrarme en el parque con una ardilla albina y puse una foto en mi blog. Alguien la puso en Internet y mencionó mi nombre. A veces me preguntan por ella como si estuviera viva cuando en realidad desapareció después de aquel verano. Hace unos días puse la foto en la web vecinal y se ha convertido en un icono. Solo falta que le hagan un monumento.
Hoy alguien se lamenta del cierre de un café que llevaba abierto ocho años, que para los parámetros de este país equivale a tener ochocientos años: en algunos aspectos América vive en la prehistoria. Uno de los asiduos clientes al local, que se llamaba “Gather”, avisa que entre hoy y mañana estarán vendiendo parte de la cacharrería, mantelería y otros objetos y dice: “Aprovechemos este momento para comprar algo de historia y tradición”. Es como quien en la Edad Media compraba clavos de la pasión o espinas de la corona de Cristo.