Cuadernos de Humo

Soneto 2

SONETO 2

Cuando cuarenta inviernos hayan agredido tu frente
y arrugado tu bella piel,
el orgullo y grandiosidad de tu juventud ahora tan admirada por todos,
será un pobre y deslucido hierbajo de poco valor
entonces, cuando te pregunten dónde está tu belleza
y dónde los tesoros de tu lasciva juventud,
responder que en el fondo de tus propios ojos ahora hundidos,
sería una vergüenza devoradora y un malgastado elogio.
Cuánta mayor alabanza merecería el uso de tu belleza
si pudieras decir: “Este precioso hijo mío
justificará mi vida y excusará mi vejez”,
probando así que su belleza es heredera de la tuya.
Este niño sería joven cuando tú fueras viejo
y tu propia sangre se calentaría cuando la sintieras fría.

When forty winters shall besiege thy brow,
And dig deep trenches in thy beauty’s field,
Thy youth’s proud livery, so gazed on now,
Will be a tatter’d weed, of small worth held:
Then being ask’d where all thy beauty lies,
Where all the treasure of thy lusty days,
To say, within thine own deep-sunken eyes,
Were an all-eating shame and thriftless praise.
How much more praise deserved thy beauty’s use,
If thou couldst answer ‘This fair child of mine
Shall sum my count and make my old excuse,’
Proving his beauty by succession thine!
This were to be new made when thou art old,
And see thy blood warm when thou feel’st it cold.

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