El tiempo ha detenido a la mañana de mayo que caminaba rápida hacia el mediodía.
El amarillo detenido, el hombre encuadrado entre las calles, el azogue del agua derritiéndose en el asfalto de la prisa.
Cambia el semáforo, el joven cruza la calle, el amarillo desaparece, la vida sigue.
Y queda, en la mirada de un viejo, ese momento que no volverá a repetirse.
¿En que reflejo vive el amor cuando pasa? ¿En qué espejo se mira el olvido?