Cuadernos de Humo

La de la cabra

                                                    Una ópera olvidada de Meyermeer.
           

210319.- Yo supe que había una ópera llamada “Dinorah”
gracias a la zarzuela,
 “El
barbero de Sevilla”, de Perrín y Palacios con música de los maestros Nieto y
Jiménez, que para nosotros es de culto. Nos la sabemos de memoria, la
escuchamos a menudo y hemos incorporado parte del diálogo a nuestras vidas.
Siempre comentamos que el título, un plagio u homenaje a Rossini, debería haber
sido “El barbero de Burgos”. Hay un momento en que el maestro de música, el
señor de Bataglia, comenta la ópera con que debe debutar su alumna:

-Es mejor con la
“Dinorah”
Que la tiene
dominada.
Y la madre de la futura tiple, doña
Casimira, responde:
-No me acuerdo
cuál es esa.
¡Ah!… Sí, ya…
La de la cabra
.
Haciendo referencia a una cabra que es
personaje fundamental de la ópera. Con un “personaje” así ya se pueden imaginar
el argumento.
          Meyerbeer
fue considerado el compositor de óperas más importante del siglo XIX y hubo una
época en que sus obras dominaban el panorama operístico europeo y aun mundial.
Por desgracia, las campañas antisemíticas de Schumann y principalmente de
Wagner, consiguieron que despareciera prácticamente por completo del
repertorio. Wagner, que inicialmente había sido su admirador y le debía la
puesta en escena de “Rienzi”, fue el más feroz de sus detractores, probando una
vez más que nadie perdona un favor. Hoy se intenta recuperar algunas de sus
obras pero es muy difícil ver una representación en el teatro. En vivo solo
hemos visto “El profeta” y en televisión “La africana” pero tenemos sus óperas
más importantes.

          Así
que anoche nos echamos a la ventura para ver “Dinorah”, una ópera con una cabra
y una joven que ha perdido la razón a la que alcanza un rayo y cae a un
río.  Tuvimos que tomar dos metros para
llegar hasta la calle 120 al Riverside Theatre que pertenece a la iglesia, en
los territorios donde vive el amigo Muñoz, donde se encuentran Columbia
University, Barnard College, Morningside Heights, la tumba de Grant y el edificio
de Moneo.
El aria “Ombre
légère”, una especie de breve escena de la locura a imitación de la de “Lucia”,
es la joya de la ópera.  Aria que toda
coloratura que se precie tiene en su repertorio.

           Después de ver la ópera interpretada con mucho
amor y entrega por una compañía de aficionados uno no sabe si el olvido de
Meyerbeer fue solo culpa de Wagner o Schumann.

          A la salida, camino de uno de los
metros, a las puertas de la Universidad de Columbia, muy cerca de donde Lorca
vivió como estudiante, apareció entre unos altos edificios una luna llena
borrosa, vaga y difusa. Uno pensó si esa era la misma luna que vio a Lorca
buscando sombras en la noche o era la que ocasionó la “ombre légére” que
perseguía a Dinorah.

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Esta es Joan Sutherland cantanto el aria. De todas las que conocemos es, junto a la de  Amelita Galli–Curci, nuestra favorita.
https://open.spotify.com/search/results/ombre%20legere%20sut

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