Técnicamente es el número 50, de 75 ejemplares editados, de una plaquette formada por “La agonía de Teresa de Ávila”, un poema de Fernando José Carretero, impreso en papel Conqueror Blanco Antiguo de 160 g, y una imagen digital de Teo Serna sobre papel Museum Rag Etching mate de 310 g. El diseño e impresión es de Perico Simón que lo ha impreso en Cuenca, en su taller de grabado de “La Zúa Ediciones”.
Estéticamente es un documento donde la poesía y la imagen se combinan creando un pequeña joya. El poema nos cuenta las últimas horas de Teresa de Ávila que muere en los brazos de Sor Ana de San Bartolomé. La monja tiene miedo a la muerte y repasa su vida y la recuerda:
…La vida es un empeño violento y luminoso,
un laberinto donde el entendimiento se extravía.
Pues la mía, ¿qué fue de ella?, ¿cuáles fueron
sus afanes servidumbres desengaños?
Fatigas y necesidad, por caminos u jornadas,
sucia de polvo y estiércol entre el hedor de las acémilas,
seca la garganta, las manos encallecidas y ayunos…
El poema escrito en versículos mayormente alejandrinos y endecasílabos, combina el pasado de “una mujer obstinada abandonada a su suerte / en los momentos más turbios de su flaqueza” con la presencia de la naturaleza, que en cierto modo es el esqueleto del poema, y una mirada mística de la vida y de la muerte:
…hasta el día sin día cuando el tiempo se consuma
y el universo se extinga entre el helor de sus sombras
o torne quizás a su origen para comenzar de nuevo
una vez y otra ve en un sucederse infinito…
“La agonía de Teresa de Ávila” es como entrar en el laberinto conventual de la belleza donde reinan la sorpresa, la luz y la poesía. Un texto que ilumina la noche oscura del alma y prestigia a la palabra y a la imagen.
PD- He tenido y tengo el poema conmigo mientras estoy convaleciente. Su belleza, el temblor de sus versos, las luminosas metáforas, la voz sin voz de la monja, el rojo sangre de los títulos y el negro muerte del texto junto al chispazo de la imagen de Teo Serna me han ayudado a buscar la salida del dolor.