Este soneto se las trae: los primeros ocho versos hablan de gente que puede hacer mal y no lo hace, que tiene control, que ha heredado las gracias del cielo. En los siguientes cuatro versos hay un cambio total: pasa de los que tienen poder a hablar de una rosa que vive y muere sola sin saber de su belleza, pero si esta flor “enferma” todo cambia. Los dos últimos versos, los preferidos de uno, son la moraleja: lo dulce se vuelve amargo y los lirios podridos huelen peor que la mala hierba.
Uno se queda con las ganas de entender la conexión entre las dos partes que dividen claramente el soneto. ¿Es uno de los temas del soneto la “corrupcion”? Si esta ocurre en una persona “de bien” o en una flor ¿es, acaso, la corrupcion más intensa y daniña? Una cosa es cierta, que estamos ante un soneto difícil en casi todos los sentidos y delante de un monumento de la poesía inglesa y del talento de Shakespeare.
La mejor manera de traducir a un poeta es leyéndolo. Uno recuerda que cuando tuvo que analizar durante un semestre “Hamlet” se quedó como mudo y de alguna manera frenado de intentar traducir a Shakespeare viendo tanta grandeza. Uno ha traducido algunos otros sonetos del poeta, pero nunca los ha publicado por respeto y por inseguridad. Ahora, gracias al amigo guapo (que vivió en Londres y ha leído a profundidad al poeta) y del regalo que le hizo a su amigo, este le regala el 94 que tanto le gusta. Uno confiesa que sin su ayuda se le hubieran escapado varios detalles. Digamos que el regalo que uno le hace ha sido solo el envoltorio, el meollo se debe al amigo guapo.
SONETO 94
Los que tienen el poder de hacer mal y no lo hacen,
los que nunca pondrían en acción su principal característica,
aquellos que, aún conmoviendo a otros, son como piedra,
impasibles, fríos y resistentes a la tentación:
ellos heredarán justamente las gracias del cielo
y administrarán con sabiduría las riquezas de la naturaleza;
son dueños y señores de sí mismos,
los demás son sólo administradores de su excelencia.
La flor del verano es agradable para el estío
pero para ella misma sólo vive y muere,
y si tal flor sufriera una vil infección,
el hierbajo más miserable la superaría en dignidad;
lo más dulce se vuelve amarguísimo por culpa de sus hechos;
los lirios pútridos huelen peor que los hierbajos.
They that have power to hurt and will do none,
That do not do the thing they most do show,
Who, moving others, are themselves as stone,
Unmoved, cold, and to temptation slow:
They rightly do inherit heaven’s graces
And husband nature’s riches from expense;
They are the lords and owners of their faces,
Others but stewards of their excellence.
The summer’s flower is to the summer sweet
Though to itself it only live and die,
But if that flower with base infection meet,
The basest weed outbraves his dignity:
For sweetest things turn sourest by their deeds;
Lilies that fester smell far worse than weeds.