Cuadernos de Humo

Cinco sentidos

De niño creía que los ojos, los oídos, la nariz, las manos y el paladar eran los “símbolos” de los cinco sentidos. Los cinco le parecían pecaminosos. Y al confesarse se acusaba de haber ofendido a Dios Nuestro Señor en el uso equivocado de ellos.

De joven aprendió que el tacto, el perfume, el beso, la vista y la saliva eran cinco animales vivos, cinco hogueras, cinco tiros consentidos, cinco pecados, cinco escalones para llegar al Amor.

De viejo sabe que los cinco sentidos se marchitan y mueren. La vista se nubla con la ceguera de una niebla espesa, la voz se agrieta y crecen ortigas que raspan la garganta, los labios sienten las pisadas de hormigas del diablo, el perfume huele a cieno y se borran de los dedos las huellas dactilares del placer.

De niño, cinco pecados,
de joven, cinco cuchillos,
de viejo, cinco condenas.

Pd.- En el dibujo número 1 oler y gustar van juntos.

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