ROJO Y NEGRO
—¿Adónde vas, hijo mío,
¿por qué tus ojos de acero?
¿qué ademán corta tus labios?
¿qué mano zanja tu vuelo?–Huyo de mí mismo, madre,
me voy lejos con mi miedo,
que me ciegan la mirada
el resplandor de los cuerpos.–¿Quién te cuidará tus alas?
mira que hay cuerpos de fuego.
Tejiéndote la mortaja
esperaré tu regreso.Se perdió por la maleza,
descendió hasta los infiernos
carbonizada su sangre
eran de sosa sus huesos.–Lleno de metralla vienes
niño del rojo y del negro.
Te traen a casa abrasado,
tizones sobre tu pecho.Ya no necesitas jaula
la muerte te tiene preso.