Geografia
En Barcelona fuimos una hoguera
aquel verano del setenta y uno
ardiendo sin llegar a ser ceniza.
Después vino una lluvia inadvertida
e inundó el cobertizo donde estaba la leña.
En Nueva York bajamos al abismo
y estuvimos a punto de ser carbonizados.
Crecieron unas sombras en la alcoba
insistiendo en mezclar su sangre con la nuestra,
pero nos protegimos con la muerte
que era todo lo que aún nos quedaba.
Anoche en Alexandria, junto a ti,
iluminados por la dudosa satisfacción
del que llega a la meta, éramos dos rescoldos
caminando despacio hasta el hotel
para dormir en camas separadas,
sabiendo que al crecer la luz primera
vendrías a mi lado a despertarme.
Las etapas de la vida ¿no? todos, de una forma u otra tenemos esos hitos, aunque las ciudades no sean las mismas. Metáforicamente, Alexandría nos aguarda.
La hoguera, el abismo y el rescoldo. ¡Buen adelanto!
Qué buen resumen haces del poema y de dos vidas. Gracias. Si, Alexandria es una especie de tierra prometida en que la luz primera nos despertara para siempre…
hace unos minutos llegué a este blog y me ha gustado encontrar lecturas de mi agrado como este poema
saludos desde Chile
Muchas gracias, amigo Anónimo, desde España. Un saludo.