Cuadernos de Humo

Antologia de poetas toledanos menores XV

Sor Herminia Barrenechea (1792 – 1858) nació
en Éibar y murió en Calzada de Oropesa. De familia vasca originaria de Guipúzcoa,
Herminia llegó
a
Toledo a los seis años, cuando su padre,
don Dámaso Barrenechea y Durango fue trasladado a la ciudad imperial.
Recibió una educación esmerada y nada usual en aquella época. De muy joven se
enamoró de un capitán de caballería, don Melchor Gutiérrez de la Rosa, que
murió en la batalla de los Arapiles en 1812. Desesperada por su irreparable
pérdida, Herminia profesó en el Convento de Agustinas Recoletas de Calzada de
Oropesa (Toledo), donde murió en olor de santidad. Escribió un libro de poemas
místicos “Lámpara votiva” publicado por la editorial Lux Perpetua en 1836, con licencia eclesiástica. Don José María
Pemán, en una tercera de ABC, escribió: “La poesía de sor Herminia nos acerca a
Dios con la sencillez de su lenguaje casi teresiano y el ardor místico de San
Juan de la Cruz”.
 

Me postro ante tus pies grandes y griegos,
magníficos, preciosos, celestiales,
dos llamas encendidas, manantiales,
pies para amar, andar y mujeriegos.

Me acerco a ellos y me dejan ciegos
los ojos; de no ver siento ansiedades,
alegrías, remotas soledades,
pies de Cristo en la cruz fríos de fuegos.

Los miro, los contemplo, veo el hueso
que de mármol pregona el clasicismo
y nos da la noción de una medida…

Tiemblo, la lengua saco estremecida
pienso en la religión y el catecismo,
me inclino reverente y te los beso.

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