Cuadernos de Humo

Tres “cuadernos” de Elías Moro.



 
   Los que me conocen saben lo
mucho que me gusta lo que podríamos llamar literatura en miniatura. Otros lo
llaman plaquette, que es palabra
francesa… A mí me gusta más llamarlo Cuadernos. Hace diez años tuve la suerte
de recibir tres “obras” de Elías Moro que, enseguida, una vez leídas, pasaron a
las estanterías de los “incunables” donde hay libros firmados y dedicados de
poetas y escritores que fueron o son mis amigos. Estos días de otoño, cuando la
luz es como un cuaderno de rayas del colegio, es tiempo para que un jubilado
navegue entre el proceloso mar de los recuerdos y termine casi ahogado al respirar
algas algodonosas que le oxidan los sentidos. 
Los tres trabajos de Elías Moro
son tres alhajas por el fondo y, también, por la fachada. Fachada hecha de
materiales humildes, como la de una iglesia del románico más primitivo.  

“Mi corazón” es una letanía místico-cardio-vascular
que palpita como solo aletea el corazón de un poeta: trece latidos que son
trece metáforas que le dejan al lector sin aliento.
  
 
                     

En “3 preguntas zoológicas”, con
un verso de Neruda: “¿Qué dirán de mi poesía / los que no tocaron mi sangre?”, Elías
Moro pregunta al lector sobre la oropéndola, el caballo y el tiburón: aire,
tierra y agua, la santísima trinidad de vuelo de la belleza, la fuerza del
galope en movimiento y la profundidad de la oscura claridad marina. 
 
 
 
 

        De
los tres trabajos “Poema de los colores” es mi favorito. Se imprimió el 20 de
diciembre de 2003 “festividad de Sto. Domingo de Silos… en la ciudad de Mérida”.
Es una obra “menor-mayor”. Una carpeta que encierra siete colores y que desde
la portada a la página final es un mundo redondo y cíclico. Siete colores que
rebosan poesía, un goteo de imágenes que le llenan a uno la mirada de luz, una
escalera de metáforas que nos invitan a subir cerca del arco iris. De los
colores, mi favorito es el blanco. Cuando yo era niño y me regalaban por Reyes
una caja de colores Alpine, el único lápiz que permanecía intacto era el
blanco. Siempre me preguntaba para qué servía. Ahora es el lápiz que más uso. 

 
                             

    
 
 
          Vuelven
los tres cuadernos a su sitio después de haberme acompañado por unos días y
haberme traído el recuerdo y la amistad y el talento de Elías Moro, poeta
artesano, poeta verdadero.

2 thoughts on “Tres “cuadernos” de Elías Moro.”

  1. No sé bien qué decirte, Hilario; me siento tan honrado con tus palabras… Lo que sí hago es darte este gran abrazo agradecido desde la distancia.

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