Cuadernos de Humo

EN UNA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE BARRIO , de Bendición de la ceniza (en progreso)




EN UNA BIBLIOTECA
MUNICIPAL DE BARRIO
La joven
directora del centro, afiliada a Podemos,
presenta
brevemente al “ilustre poeta”
esperando
que el acto termine lo más pronto posible.
El
editor se aburre, le aprieta la corbata y se incómoda
por la
poca asistencia que ha tenido el evento,
y
cuenta, una vez más, los libros no vendidos.
Y eso
que el trovador, viejo y desencantado,
ha
estado muy amable,
como si
al fin se hubiera bajado de la torre
donde el
marfil había envejecido,
aunque
siga llevando chaleco de bohemio y corbata de seda.
Lo
presenta un poeta, un poco de memoria, elogiando la técnica,
la
astucia, el estilo de la obra poética del viejo compañero.
Entre
los asistentes algunos jubilados que se duermen,
una
pareja gay enamorada,
tres
ancianas que saben que al final habrá tortilla y vino,
la
penúltima amante del poeta,
y una
amiga de la misma cosecha que la estrella,
con un
pañuelo rojo que es como una llamarada por su cuello,
que
suspira y cambia de postura
cuando
escucha al poeta recordar sus amores
entre
los que ella estuvo hace ya muchos años.
En la
última fila, un mitómano tímido y buskowsniano,
se estremece
ante cada palabra del experto: es poeta y es joven.
Al
terminar el acto se acerca tembloroso y suplica al Maestro
que le
firme el libro presentado (es el mismo de siempre,
el que
escribió hace años) y se marcha a su casa
como
quien lleva un cuerpo.
Es
cierto que entre poema y charla del poeta,
el
discípulo amado miraba de reojo a la bibliotecaria,
gestos
cortantes, autoritaria y firme, pechos como los de una virgen,
y
pensaba que ella era el poema que arde, la poesía,
la luz
que iluminaba la penumbra del local.
¡Cómo le
gustaría llevársela a la cama,
leerle
algún poema y follarla como dicen que follan las tías liberadas
y como
dicen que el maestro de joven follaba a sus amantes!

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *