Cuadernos de Humo

Cambiar de vida


Lo tengo decidido, voy a cambiar de vida: la poesía con sentido de Sergio Álvarez.

Sergio Álvarez Sánchez
Cambiar de vida
Ediciones Evohé, 2019

Un poema, que debería ser un universo (a veces imperfecto, pero universo) debe tocar y satisfacer nuestra mirada, llenarla de gracia e iluminarla (o enturbiarla ya que toda poesía debe tener algo de maldito), un buen poema hace que baile el alma con el ritmo, la medida, la música, pero lo que uno espera de un poema, que es algo más que palabras puestas en un cierto orden, barnizadas de purpurina, es que se clave en el corazón como una espada al rojo vivo. Y que al quemarnos, nos consuele, nos despierte, nos dé vida, nos ponga un nudo en la garganta y que la belleza, la melancolía, el regusto por la tristeza sean huéspedes de honor de nuestras vidas.

La mayoría de los poemas que nos encontramos en Cambiar de vida, el segundo libro de Sergio Álvarez Sánchez, editado por Ediciones Evohé, tienen la piel fina, el perfume de la última rosa del verano, la brasa del amor, la presencia de la naturaleza y la sombra del pasado familiar. Los poemas de Cambiar de vida llegan a la mirada y entran en la retina de la memoria, navegan por el río del sonido y, sobre todo, echan raíces en el corazón.
Cambiar de vida, con una luminosa y deslumbrante portada de Sandra Delgado a partir de una idea de Marta Muñoz Cuesta, es en realidad tres libros en uno lo que le da al volumen una gama de registros en los que se puede apreciar la voz del poeta. Por supuesto que no nos debe importar la vida profesional, sexual, religiosa o política del poeta (aunque alguien últimamente se empeñe en sacar los trapos sucios de un escritor), pero en este caso uno quiere anotar que Sergio Alvarez es biólogo y está muy vinculado “con la protección del medio ambiente y la cooperación internacional o el desarrollo sostenible, temas tan apasionantes y necesarios como la poesía”. Lo que nos lleva a mencionar que si toda buena poesía te quema el corazón y los sentidos, también, como decía Matthew Arnold, “poetry is, at bottom, a criticism of life” y en este aspecto un biólogo, que además es poeta, tiene mucho que decir.
Cambiar de vida tiene tres secciones claramente limitadas. En la primera, con el significativo subtitulo “Los árboles y el mar” y una cita del poeta Claudio Rodríguez (“¿qué nos serena, qué nos atormenta: / el mar terso, o la tierra desolada?”), el poeta nos está dando la entrada a un mundo donde él tiene dos miradas: el mar y la tierra, el biólogo y el poeta.

El bosque tras la poda

Qué hermoso eres,
árbol.
Y mientras te miraba,
mi vida se ha alargado.
Tocaba el pie la tierra.
La mano el cielo azul
y alto.
Y cuánto amor había
en medio,
árbol.

El amor es el tema del segundo libro que está dedicado a Marta y lleva como subtítulo “Dos cuerpos que se abrazan en la noche”. Poemas que a uno le recuerdan la mejor poesía amorosa de Salinas, un amor abierto a todas horas, tumbados en la cama, orilla y agua, bailando en el fuego:

No puedo empezar nunca

No puedo empezar nunca
a dejar de quererte.
Por más que lo he intentado,
por más que lo repito:
“será mejor así”,
yo no termino nunca
de dejar de quererte.
Si pienso: “lo he logrado”
si estoy convencido
vuelve a vencer tu imagen,
poniéndome de nuevo
en el primer momento,
en la casilla cero
de mi salida-meta
donde por siempre habito.
Y cuanto más lo intento
más vuelvo a convencerme.
No puedo empezar nunca
a dejar de quererte.

Cierra el libro el apartado “Casa de lluvia”. Uno de los mejores poemas del libro, dedicado a Álvaro Valverde, es la parte que a uno más le ha emocionado y la que quiere destacar. Se habla de lo que se sabe y de lo que se ha perdido: la mejor fórmula para escribir poemas íntegros y duraderos. Poemas a la casa familiar, al padre, a la madre, al lugar donde el poeta nació, a la infancia. El libro cierra con una despedida:

Final
2014-2019

Te he mirado con ojos de marcharme
y te he visto, de pronto, tan distinta.
No sé si más hermosa o más lejana,
pero radiante y nueva.
Y he llegado a pensar que pese a todo
yo no te conocía.
Te he mirado a los ojos de marcharme.
Y ha vuelto nuestra historia a ser futuro
abierto, inexplorado, palpitante.
Tal vez la diferencia es que he sentido
que al fin me devolvías la mirada.
Por qué he tardado tanto en darme cuenta
y he malgastado el tiempo.
Por qué no intenté más, si bien sabía
que el día del adiós nos llega siempre.

¿Cambiar de vida o dejar que la vida nos cambie? El poeta se pregunta y decide:

Por fin, tras conocerme,
lo tengo decidido.
Voy a cambiar de vida
por la mía.

La poesía de Sergio Álvarez “radiante y nueva”, con sentido.

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