DOS NOVELAS BREVES DE BEATRIZ VILLACAÑAS
Beatriz Villacañas Tánatos y Eros: Mano a mano Jaime Barry Huerga & Fierro editores, 2020
Conocemos la trayectoria poética, académica y periodística de Beatriz Villacañas. Hemos seguido sus numerosos libros de poesía, algunos premiados, sus trabajos profesionales, sus traducciones de notables escritores del irlandés al castellano y disfrutado sus artículos en la prensa. Tuvimos la suerte de conocer y admirar el trabajo del poeta toledano Juan Antonio Villacañas, y de sentir el amor y la devoción de Beatriz hacia su padre y su obra que tradujo y editó. Ahora nos sorprende gratamente como novelista con dos breves novelas: Tánatos y Eros: Mano a mano y Jaime Barry.
Tánatos y Eros: Mano a mano es, como el título anuncia, una historia entre la muerte y el amor: amor es muerte y cuando una relación, por breve y prohibida que sea, se acaba, uno de los dos vuelve a la rutina con un poco de muerte en sus hombros. Una escritora, Adriana Ganivet, que vive en Estocolmo con su marido y dos hijos, viaja a España al entierro de su madre y al encuentro con su editor para preparar la publicación de unos de sus libros. Hay viajes que van más allá de una muerte o de una reunión, hay viajes que te hacen tropezar con el amor y tener una relación de una noche con un desconocido. El viaje de Adriana es mucho más que meros asuntos de muerte, negocios o amor, es un viaje de liberación, de planteamientos morales, de dudas y olvidos.
James Barry es un personaje real que, en su tiempo, fue un adelantado a lo que ahora está tan de moda: el transgénero. James Barry (1795-1865) era irlandés y fue un médico británico. Fueron los encargados de la funeraria al preparar el cadáver quienes descubrieron que era una mujer y que posiblemente había estado embarazada. El Dr. Barry “la mujer que engañó a un imperio”. La segunda novela de Villacañas, Jaime Barry, un descendiente español del cirujano, le lleva a una búsqueda obsesiva “del misterioso y controvertido personaje real… que abrirá sus ojos a la sorpresa final”.
Escritas con tiento, con un lenguaje claro y preciso, el dibujo justo de los personajes, la acción equilibrada, sazonada con elementos estéticos y personajes del mundo de la cultura, breves e intensas reflejan, por un lado, la psicología de Adriana Ganivet que reflexiona, al pensar en el rostro de su madre muerta y en su padre, sobre el sentido de la muerte. “Y aquella, más lejana, de su padre. ¡Qué bien le recordaba! Qué viva estaba aún la imagen de su cuerpo de atleta y de su sonrisa. Qué vivas aún las historias que él inventaba para divertirla. Y, a la vez, qué gran desconocido su hermoso y tierno padre”.
Si Tánatos y Eros es una novela de viaje al “exterior” en búsqueda de la madre muerta y de hacer un negocio, Jaime Barry es un viaje interior, de búsqueda de raíces que ambos personajes no conocen a fondo. En el caso de Adriana porque no supo atesorarlas y buscarlas en su momento, alejada de España, y en el caso de Jaime porque pertenecen a una historia que no es la suya.
Ambas novelas, que están basadas en personajes mitológicos de la cultura griega y en un personaje enigmático y con un pasado oculto y misterioso, son un viaje de ida y vuelta, un ejercicio de búsqueda de identidad y de reconciliación con lo perdido.