Cuadernos de Humo

Emperador de la ceniza

Once cuadros para una descomposición


1
La primera vez que Joan vio el mar y tuvo conciencia de su vastedad primero, una mancha azul sobre un fondo negro con puntos rojos; luego, caos y, para siempre, impotencia sintió un navajazo en el cerebro, un relámpago en sus ojos que quedaron negados para lo tangible, cegando su visión a la realidad del mundo; por sus manos nació una nevada intensa, un bisturí que las petrificó, convirtiéndolas en manos inútiles para la línea pura, manos rotas para el esplendor de la forma, manos de trapo para las flores y la vida. Perdido, sin el sentido sintonizado, extraviado en un mundo infantil de sueños y quimeras, de irrealidad y locura se durmió para siempre en el surrealismo. La pasión, el pragmatismo, la libertad y el control mordían su obra. Pero soñaba.


2
Desorientado, su cabeza un volcán de sangre, su cuerpo un ave mecánica, sus manos un arroyo de aguas secas, buscó su casa. Estaba perdido en la selva del color y en el desierto de lo cromático, condenado a ensuciar algodones, desplumar golondrinas de Francia, ahuyentar al blanco nocturno y al negro del día con su navaja de escarcha. Perdido y aunque miraba, no reconocía su casa ni sus gentes, ni el color cárdeno y hermoso de su paisaje, ni entendía las voces, ni sentía las miradas: un fantasma de vidrio, un barco varado de pájaros del norte y tramontanas del sur, de horizontes novicios y paisajes tonsurados.

 3
Exiliado en la hondura de la noche, donde la claridad de Dios canta maitines, se encontraba con líneas, garabatos, estrellas, manchas, círculos, palotes, arañazos, cicatrices: líneas que se retorcían como si en celo, garabatos que se asfixiaban, estrellas sin espejos donde reflejar su sangre, manchas que ensuciaban la palidez arcángel del lienzo, círculos cuadrados, palotes en guerra, arañazos con sonidos, cicatrices fascistas; se enfrentaba con esquemas (y escamas) que se movían como células místicas en el Juicio Final de la Belleza; le pasaban, rozando la urgencia del óleo de su sexo, gatos que habían conocido a Homero y leído la Ilíada y la Odisea, perros que cantaban La Marsellesa en catalán; gallos con polainas, espolones, cresta de plata y corazón de hielo; burros que leían a Baudelaire; árboles medievales; barretinas chorreando “seny” en huelga por las Ramblas; triángulos negros y azules que eran ícaros con alas de cera, violados por la hoguera global en la noche de San Juan; amebas que se proclamaban republicanas y cortaban la cabeza del rey con cuchilla de óxido y de alcohol; tizas impuras ya deshecha su virginidad en la pizarra negra de la infancia… Estaba perdido. Y lloraba con lágrimas de Titanlux compradas a Chopin en la cartuja de Valldemosa, mientras Robert Graves estaba con Narciso en Olimpo.

 4
Al doblar la esquina de su sueño erótico se encontró con Marilyn Monroe, nada debajo, sólo una constelación y saludó a El Bosco que iba a comprar La Vanguardia. Este, mirando la mirada muerta de Miró en la maravillosa mañana de marzo, melancólicamente, meditó y manifestose de misteriosa manera:
-Joan -le preguntó – ¿por qué las peras de la peraleda padecen penas? Porque Picasso pela su piel con pinceles plastificados de poderosas y pudientes panderetas.
Al oír esto se le cayó a la lechera el cántaro de cerámica de Talavera lleno de cocaína que escondía en su cabeza. Doña Truhana, que acababa de comprarse una Central Lechera, de muy agria leche, dijo:
-Honey, si quieres ser capaz de saltar en el aire tienes que tener los pies bien plantados en el suelo y así no tropezarás.
A lo que Patronio, de camino a clase de español a la Broklin Akademia, respondió de esta manera:
-Desde el punto de vixta extructuralixta, babe, el surrealizmo es la ecuaçión metapoética en la que uno se autoproclama emperador de la ceniza, coronándose de tiempo. El surrealismo, my dear Tru, es el coeficiente imaginativo de una formalidad de lenguaje personal y signos visuales y de un nuevo y radical tratamiento que concede espacio a lo concreto. Nueve dólares la entrada, seis estudiantes o ancianos, doce con un robot. E quanto don Joan Miró falló este exemplo, mandolo pintar en un cuadro, e fizo estos versos en que están avreviadas toda la pixtórica de la sua vita: Si contemplando el mar pierdes la vista ciego serás, mas ciego y surrealista.

 5
Cervantes, que se acababa de comprar un ordenador, se asustó cuando miró al desvalido Miró. Cipión y Berganza, que mordían El País y ABC respectivamente, retrocedieron y, soltándolos, comenzaron a eructar. (En ese mismo momento la Caballé, el Mestre Huguet, Llach y Espriu héroes de un poeta menor de Toledo se tiraron desde el monumento a Colón, en las Ramblas, al Mediterráneo y descubrieron Amérika). Don Miguel miró al rapaz y le dijo:
-Pluguiese a Dios que vuestro amo no volviese, y que os diese gana de quedaros en casa, pues ganaríamos muchos dólares; que a fe que otro gallo nos cantase. Porque el mozo que se me fue vino a mi casa, habría ocho meses, roto y flaco y ahora lleva dos pares de vestidos y muy buenos y va gordo como una nutria. Porque quiero que sepáis, hijo, que en esta casa hay muchos provechos, amén de los salarios.
Al oír la palabra salarios Joan miró, por vez primera, fijamente a los ojos de Don Miguel y como poseído de una nueva vida comenzó a recitar:
-Self PortraitBarcelonawinter spríngl9l9Oiloncanvas28314x23518(73x8Ocm)MuseoPicasoParis
TheHunter(CatalanLandscape)MontroigJuiyl923winterl9240iioncanvas25l/2×3912(64.8xlOO.3cm)TheMuseumofModernArtNewYork.
SpanishDancerParismidFebruaryspringl92SSandpaperpaperstringnaiishairarchitectstriangleandpaintonsandpapermountedonlinoleum481/2x2W(105.501.1cm)TheMortonG.NeumannFamiIyCollection.
Stil/LifewithOldShoeParisJanuary24 May2919370iioncanvas32x46″(81.3xll6.3cm)TheMuseum ofModernArtGiftofJamesTrailSoby”.

 6
Cervantes, que había acabado de corregir las galeradas de la traducción al inglés que Chespír había hecho de El Quijote, le dijo:
-Go to Montroig, lad, to fly an UntiltledKite.Palmade Mallorca, oiloncan vas.PublicMun icipalFoundation”PilariJoanMiróaMallorca”.
Y se alejó el maestro seguido de Cipión y Berganza; éstos, mientras su amo dialogaba con la alucinada criatura, se pusieron moraos de la cocaína que la lechera había dejado sin recoger. Tan colocaos iban que tuvieron que llevarles a un hospital donde coloquiaron toda la noche, humanamente perros, creando lo que más tarde se conoció como “Literatura perrunesca”. Mientras tanto, Arrabal ladraba sobre la homosexualidad de don Miguel y su no manquedad.

 7
Llegó la noche, Joan miró al cielo y vio 23 constelaciones (1940 41); ignoraba que ese cielo era el de Vaengerville, un pueblecito de la costa de Normandia donde las bombas llegaban con sonido surrealista. Las 23 constelaciones eran de gouache y óleo sobre papel. María Zayas, editora de The New Yorker, apareció, al escribir sobre las Constelaciones en la sección Hers del New York Times Magazine, en la primera página de Vanity Fair con parafernalia sadomasoquista, emparedada entre Madonna, M Butterfly y Michael Jackson, en un bellísimo retrato de Avedon.
En ellas se siente toda la fuerza de la dinámica sexual decía parte del trabajo y la imagínería ambivalente de Miró. Cada obra se convierte en una especie de microcosmos de la vida y del movimiento en el poco espacio del que disponemos.

 8
Cuando André Breton, carnicero de la metáfora, agente publicitario de Frida, estafador de la idea, anarquista santo del color, mártir de la nueva escuela por él creada, la cual debe transportar al papel de un modo automático cuantas imágenes transmita el mundo de los sueños o el de la subconsciencia (transporte que se debe hacer en camiones de almohadas y colchones de plumas de ángeles lésbicos), leyó el texto de Ms. Mary Zayas (debemos recordar que el maestro había aprendido inglés luchando con los textos surrealistas de Marx, Hegel y la reina Victoria), envió un telegrama a la Bocaccio española en el que decía:
 UNE ETOILE stop CARESSE stop LE SEINE stop DUNE NEGRESSE stop MANDA DINERO stop ESCRIBE stop BESOS stop ANDRES

 9
Joan miró el telegrama y se lo llevó al bolsillo donde guardaba la llave del Taller. Don Leopoldo, que acababa de ganar el VIIVIxx Premio Hucha de Humo por un artículo sobre “Montroig: Paisajes imaginarios (1926 27) Sala B” convocado por la Caixa d’estalvis de Montroig, reconoció a Joan de haberlo visto en una de las cenas de la marquesa del Subrreal; se le acercó y le leyó, lentamente, parte del artículo, mientras bebía una copa de anís del Mono:
-Durante el verano y el otoño de 1925 y coincidiendo con la ejecución de las primeras pinturas al aire libre, Miró empieza a trabajar en una nueva serie de obras, en que se nos presenta como un contrapunto de las abiertas, cósmicas y casi abstractas “pinturas de sueño” donde una tenue línea o unos pocos signos y espacios flotan sobre un fondo vacío. Durante el verano de 1926, en Montroig Miró se pone a trabajar en la concepción de una nueva serie que se compondrá de siete pinturas de otras siete reproducidas el verano siguiente. Estas pinturas, a las que se hace referencia frecuentemente como los Paisajes Imaginarios, constituyen sin embargo una interpretación y transformación del mundo real. A diferencia de las etéreas “pinturas de sueño” la mayoría de estas obras están marcadas por una clara línea de horizonte.

 10
Joan no entendió nada y al despedirse le dijo en catalán:

Desperta,
és un nou dia,
la llum
del sol llevant,
vell guía pels quiets camins del fum
No deixis res per caminar
i mirar fins al ponent.
Car tot, en un moment,
et serà pres.

Doña Emilia, que venía de comprar una hogaza del pan popular y acababa de afiliarse al Partido Comunista Gallego, rama florida, exclamó:
-Este es un excelente poema de mi querido amigo Salvador Espriu. Pertenece a su libro El caminant i el mar, está en la página 33, se titula Canco Xalbada, lleva la dedicatoria “Recordant Goethe” y está impreso en el volumen número 12 de la Colección Els Llibres de l’Escorpi, Poesía. Edicions 62, sociedad anónima, Barcelona. El prólogo es de José María Castellet. Y tú eres Joan Miró- le dijo mirando con ternura de condesa onírica al jovenzuelo desamparado- el niño de Montroig.
Y Joan recobró el sentido. Cansado, como si acabara de pintar 333 cuadros, llegó a su casa y dijo a su padre:
-Pare, et diré una cosa; demá començaré a pintar. Vull que hi fagin una exposició de les meves obres a Nova York en 1993 94.

 11
En una hermosa mañana de otoño, el oro del Banco de Octubre invertido un 100% en los árboles de la Quinta Avenida, un tumulto de seres de aspecto fantasmagórico, irreales como soñados en la última mañana de la creación, se agrupaban en la acera del museo, con la placidez en sus rostros, dibujada una sonrisa post coitum en sus líneas labiales, apenas un gesto de gozo, sus manos trémulas y sus miradas casi polvo. Allí estaba Patronio hablando de poesía con el señor Hilario el vigilante del Museo de Brooklyn; Santa Guillermina de Chamberí apoyando su corona en la prosa de don Benito; María de Zayas del brazo de doña Emilia, Cervantes acariciando a Cipión y Berganza, el rey Clarín gobernando en la Regenta. Llenos de vida, camino del humo, emperadores de ceniza, ángeles de pergaminos, haciendo cola con la esperanza de que todo hubiera sido un sueño, un mal sueño, no importa si irreal o cereal, pero eso sí, por please, sólo un sueño… Se dormían.

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