Cuadernos de Humo

LA VIDA SE TERMINA EN UN SILENCIO

 
Tiempo de amor y mar
Francisco Álvarez Velasco
Eolas ediciones, 2021

La poesía de Álvarez Velasco está desprovista de ornamentación innecesaria. Es poesía de amor y es también poesía amorosa, comprometida, paisajista, cercanamente arropada por los poetas del Siglo de Oro, de la poesía clásica y con presencias de lejanas devociones. Es una poesía que hace una autopsia a la vida, que disecciona la propia muerte y que con el bisturí de la palabra nos rasga la piel del recuerdo. Tocada de naturaleza y de una luz social y política es una poesía comprometidamente humana, de la tierra, subterránea, poesía interiorista pero también una poesía de familia, con nombres y rostros, con bosques de árboles que tienen raíces que son los huesos del abuelo. Poesía, en su mayoría, en un sobrio blanco y negro, a veces iluminada de luz leonesa o asturiana.

Entre la obra poética de Francisco Álvarez Velasco destacamos Del viejísimo jugo de la tierra (Deva) y La hiedra del silencio (Cuadernos de Cántiga) Noche (Hiperión), con el que obtuvo el Premio Internacional Antonio Machado en Baeza y el de la Crítica de Asturias; Las aguas silenciosas (Trea), Memoria de la sombra (El Brocense); en 2015 logró el Premio Jaén con Gregor Samsa frente a la ventana (Hiperión). Ha participado en los volúmenes colectivos Libro del bosque y TetrAgonía.

En su último libro, Tiempo de amor y mar, vuelve el amor y vuelve el mar y el ultraje del tiempo:
 
¿Cómo aplacar la vida?
 
La pátina amarilla de las perlas
en el cuello arrugado de la dama,
el óxido que roe los candados de amores
hace tiempos borrados
por la lluvia y en el tiempo en las barandas,
el color ya sin luz
en el traje de la novia
con bolas de alcanfor,
la lepra del manzano,
el progreso al horror
en la piel tatuada de los viejos,
la postal de ultramar
con palomas, violetas y un “te quiero”..
 
¿Y cómo apuntalar
las ruinas que no cesan
del ultraje del tiempo?

En Tiempo de amor y mar encontramos los contrafuertes que mantienen en pie el edificio de la poesía. Dividido en cuatro apartados, el libro se abre con “Las dos orillas”, construido en su mayoría de heptasílabos y endecasílabos, donde el poeta nos presenta la materia del libro: el corazón de piedra y el mar. La primera parte, “Qué nos dices, !oh mar!” se abre con un estremecedor poema “Para Carmina”, su compañera de toda la vida, que pone base y da razón al tiempo de amor.
 
Tú me quitaste, amor,
el silencio, la seca soledad.
 
Tus ojos claros
me conducían
al alto manantial
de aquellas aguas vivas
cantando en la ladera.
 
Ahora, para olvidar,
para aplazar la muerte,
para burlar la muerte,
¡a tu lado, mirar,
mirar pasar los ríos,
mirar pasar el agua,
oír cantar las aguas
desde todos los puentes de la vida!

Entre el mar, ese mismo mar de Manrique donde nuestras vidas irán a descansar, y entre el amor de siempre, el amor renacentista, el clásico, el que te da su mano “para no perderse en los caminos”, surge la vida en “esta orilla” (título del segundo grupo) en donde aparece la poesía “social”, tan presente en la vida y obra del poeta, en poemas como “La violencia de las horas” o “Manos yertas” frente a poemas como el citado “El ultraje del tiempo” o “Problema de física teológica”. En la tercera parte, “Jardín de infancia”, dedicada a Luna, la nieta del poeta, los poemas se adelgazan y dan un luz suave y apacible a la vida, a los animales y a la naturaleza.
 
La perra Lola
 
Debajo de la mesa,
siempre estaba a mis pies
esperando un pedazo
de la hogaza.
 
Su mirada de hambre
es una vieja sombra
piadosa en la memoria.

“Durar como el adobe” es la cuarta parte del libro y la más enriquecedora e importante. Barro somos, como el adobe, y somos material perecedero. Como piezas que somos del edificio de la existencia vemos pasar la vida, recordamos viajes, anotamos recuerdos, vemos venir mayo, el verano y el otoño que nos trae el recuerdo de la madre, hablamos con amigos, entonamos un miserere y volvemos al amor para volver a la muerte, posiblemente al mar del olvido. El poeta lo sabe:
 
Bien sabes que al final de tanto afán,
la vida se termina en un silencio
como de pozo seco, como una piedra
que nunca ha movido nadie…
 
Los que te conocían y te amaron
de sollozo a sollozo recordarán tu vida…

Tiempo de amor y de mar es también un libro que recapitula una vida dedicada a la poesía. Que cierra una etapa y abre un nuevo camino, que nos reconforta y nos ayuda a seguir viviendo. Un libro generoso, definitivo en la trayectoria vital del poeta que, desde la vejez, se aferra a dos de los refugios que nos sustentan y mantienen vivos: el mar y el amor presentes en la vida del poeta. De cerca el jardín de infancia, de lejos la muerte y morir como el adobe: “¿Durar como la piedra? // Mejor, mucho mejor / morir como el adobe / que el aire, el agua, el sol / y el tiempo desordenan / en barro, en limo, en paja”. Memento mori.

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