Del Norte a Castilla (IV)
 
Calandrajas
Hermes
La Troje
Manxa
Calandrajas fue también una tertulia y una editorial, pero fue, sobre todo, una revista que llenó un vacío en los años ochenta y noventa del siglo XX en una ciudad dormida que parecía que empezaba a despertar. La dirigió Jesús Cobo, lector incansable y metódico, hombre culto, erudito, matemático, crítico de arte, sabio y poeta. Ha escrito más de treinta libros y ahora se encuentra alejado del mundanal ruido en Mallorca. La hemeroteca del Ayuntamiento de Toledo anota: «La colección está completa. Consta de 27 números, ocho de los cuales tienen suplementos literarios. Algunos de ellos incorporaban también un suplemento gráfico exento. A partir del número 14 (abril de 1987) su subtítulo se redujo a ‘Papeles de arte y pensamiento’. En un manifiesto en su primer número, firmado por Jesús Cobo Ávila, se indica que con ella pretendían «dar luz a nuestros pensamientos, mostrar un poco de nuestra vida». https://descargasarchivo.toledo.es/details.vm?q=id:0000021928&lang=es&view=global
Uno tuvo la suerte de colaborar en el número 22 con «Siete metáforas» (en el que también colaboraba José Luis García Martín con un artículo sobre Borges), y en el 25 con otro artículo, «Robert Frost y el camino no tomado».
Hermes publicó veinticinco números, era una «revista estacional de poesía» y la dirigían María Antonia Ricas y Jesús Pino. «…de edición artesanal, prácticamente realizada a mano y en ordenador personal, con un número de cien o ciento cincuenta ejemplares, son rasgos esenciales de la primera etapa», escribe Ricas. El número que conservo es el número 9, año III del verano-otoño de 1997. Es un ejemplar muy querido porque mi acompañante en la página 22, a la derecha, es Juan Antonio Villacañas, al que dedico, en la 21, a la izquierda, diez liras «festivas». Mariano García Ruipérez, archivero del Ayuntamiento, que tanto hace por la poesía, comunica que Hermes está totalmente digitalizada. https://www.toledo.es/toledo-siempre/archivo-municipal-descargar/
La Troje. En Talavera nació un colectivo que se agrupó en torno a La troje , una revista fundamentalmente de poesía que patrocinaba la invicta y gloriosa librería El Corvacho y la Caja Rural Creta, en la que colaboraron, entre otros, poetas que aún siguen en la brecha. Al repasar las colaboraciones, La troje es algo más que una revista de poesía. Vista después de 42 años es también, y sobre todo, por lo que dice y por lo que calla, la muestra de una mentalidad, de una sociedad, de una manera de ser y de pensar. Uno señala con temor y melancolía algunos nombres que tuvieron dos muertes: como seres humanos y como poetas, los que aún viven y ya han muerto como poetas, los que se quedaron a medio camino, los que se murieron de sed. El tiempo, como sabemos, es el mejor en asesinar ilusiones, en arrasar falsas esperanzas, en borrar una mirada o un mundo.
Manxa la editaba el Grupo Literario Guadiana en Ciudad Real y la patrocinaba la Diputación; se imprimía en la Imprenta Provincial y todo quedaba en casa. El precio era de 150 pesetas. Conservo este número (45, junio, 1989) porque gracias a Juan Antonio Villacañas me publicaron «Early Sunday Morning» , el poema homenaje a Edward Hopper. El ejemplar tiene una particularidad: el nombre de Hilario Barrero no aparece en la lista de colaboradores haciéndole un poeta fantasma.