BajAmar es un proyecto editorial asturiano volcado en la poesía, no solo a través de la publicación, sino también a través de la organización de recitales y la participación en otros eventos culturales y literarios que tengan como objetivo su divulgación. Tienen los poetas asturianos en esta editorial una herramienta donde publicar y los lectores un manjar que, según avisan al final del libro, “alimenta cuerpos y almas”. En su lista de colaboradores nos encontramos con nombres que empiezan, que están en el medio del camino de la vida y con veteranos. Jubilados que escriben con ardor y dejan sus recuerdos y sus buenas mañas en la escritura.
Entre estos últimos está Carmen Sánchez Álvarez que acaba de publicar Un fuego oculto. Es la poeta docente, jubilada y bióloga y tiene publicados varios libros de poesía, habiendo intervenido en numerosos recitales y colaborado en revistas. El libro, con una luminosa portada en rosa y rojo de Leticia González Díaz, está dedicado “A Cristina, Cecilia y Virginia luces de mi día” que son también “personajes” en algunos de los poemas del libro. Se abre el volumen con un texto poético de Carmen Yáñez, poeta, en el que destaca “la cercanía del amor y la distancia del desamor ya domado, como un abedul que reverdece con la savia del tiempo y luego empalidece con el frío invierno de su destino”. La poesía de Carmen Sánchez Álvarez “es un canto de amor. Un amor con cicatrices profundas. Para volver a amar”.
Esta tarde en azul
frente a lunas tempranas
juré no volver a pensar en ti.
Ha empezado a gustarme
la mujer que soy
cuando no estoy contigo.
Un fuego oculto está construido con sesenta y cuatro poemas sin título que conectan entre si, a veces sin aparente relación entre uno y otro, componiendo una especie de cantata amorosa y ardiente donde el yo poético es también un yo personal y en donde la naturaleza es uno de los protagonistas.
Despertarme en la noche,
sentir la huella caliente.
Esperar el atardecer
para oír su llegada.
Suavizar el día,
descargar mochilas,
gozar la caricia de la palabra.
Volver a mi interior,
refugiarme libre en su interior.
Empezar risueño el día.
Un fuego oculto es un temblor al descubierto que arde en la hoguera, a veces con madera mojada, en la vida de la poeta. Parecería que es un libro sólo de mujeres y para mujeres, pero la poesía no debería tener género, (¿o sí?). Un fuego oculto es un libro que hace preguntas al lector, que sirve de acicate para la reflexión, que “llueve o truena sobre las heridas, sobre las injusticias”. Un libro para “los días de olvido” y para ese mar ardiendo que la poeta lleva dentro.
¿Dónde el canto de los ángeles
y su eco que nos huye?
¿Dónde nuestros hermanos
que ya nunca cuidamos?
¿Dónde ruge el mar que trae
la memoria de quien no está?
¿Dónde la mano que rescata,
ese esfuerzo que a tu lado
aúpa y alisa cada obstáculo?
¿Dónde las rosas para adornar
el cuello del niño que llora?
¿Dónde el pan para tantas
bocas, cuencos vacíos,
miradas de hambre y piel?
¿Dónde la paz de las madres
que amamantan y abrazan?
¿Dónde las risas, las mariposas
que señalan el camino para volar?
¿Dónde se queda agazapada la libertad?
¿Dónde la humanidad?