Cuadernos de Humo

Siete monedas para pagar al barquero.

Decir adios es siempre avanzar un poco más deprisa hacia el mar.

Un viejo no dice “hasta siempre”, dice “adios”, sabiendo que el mar le espera.

Cargado de algas y peces al llegar a la desembocadura se deja de ser río para ser corriente.

Al sentir el sabor salobre de la muerte se sabe que se ha llegado a la otra orilla.

Amar ayuda a nadar y también a naufragar.

Mejor ser afluente que río de oro.

Al pasar la barca dice el barquero: los enamorados son los primeros..

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