Se deshace por fuera, las hojas al tocarlas se quiebran, cruje el espacio amarillo entre los dedos, se oye el temblor del silencio, crece el perfume del olvido, y aunque uno intenta curar las heridas del tiempo, el cuerpo se desploma.
Es un libro que está de cuerpo presente en la memoria de la poesía, y este ejemplar tiene varias historias dentro de una historia, es el memorial de una época vivida, como el poeta, fuera de su patria.
Ya el ex libris tiene su historia. (¿Quién sería el artista?) El libro perteneció al Hispanic Institute. Una orla envuelve, con un verso (“sangre de Hispania fecunda…”) de Rubén Dario, a la Dama de Elche.
Curiosa y triste la lista de los últimos volúmenes publicados. ¿Qué fue de tantos olvidados?
Es interesante y valiosa la breve y completa información escrita a lapicero de la bibliotecaria, en donde se da noticia de la llegada del libro, es un regalo (gift) ¿del editor?, de haber sido “añadido”, de haber agradecido el envío, de haber sido catalogado y, finalmente, ¿descatalogado?. ¿Quién sería F.F?
Y en el interior de la contraportada la ficha con la lista de los lectores y las fechas que se interesaron por el libro, entre ellos un americano que vivía en el numero 51 de la calle 65 del “west”.
Y en medio de tanta grieta, de tanto tiempo amarillo, de tanta melancolía y de tantos poetas olvidados, abrimos las puertas para que entre la luz y nos deslumbra, emociona y conmueve la grandeza y el poder de un poema desgarrador, sereno y eterno que nos ayuda a vivir.