Me llegan dos mensajes de un autentico escritor al que admiro, leo y sigo, poeta, prosista, conversador infatigable, generoso, que escribe cartas “a lo siglo XIX” y guarda una copiosa y valiosa correspondencia, que publica, con otros escritores, un artista de la imagen, un personaje entre la espada del siglo XIX y la pared del XX y un escritor de culto arropado con el sonoro silencio de una devota minoría. En sus mensajes y en pocas palabras ha hecho un precioso y preciso elogio de un diminutivo. Veamos. Acaba de publicarse el "Cuaderno de humo39-40" con una selección de poetas vivos malagueños. Se hizo una preciosa edición en papel
que enviaron desde Malaga a algunos amigos, otros recibieron el pdf que se mandó, independientemente, desde Brooklyn. (Gracias, por cierto, a los que contestaron como a los que no lo hicieron).
A nuestro escritor, sin saberlo ni en Malaga ni en Brooklyn, se le enviaron las dos versiones (lo que demuestra el poderío que tiene el señor) y agradecido escribió al de Brooklyn: “Gracias, La Beira me envió el cuadernillo, pero me gusta tener también el archivo. Un abrazo…” El de Brooklyn le contestó: “Se nota que eres VIP. Me gusta lo de “cuadernillo” : un tierno diminutivo. Un abrazo va”. A lo que el VIP remató los mensajes con este precioso texto que bien vale dos envíos y hasta una misa: “Es que «cuadernillo» en el argot poético es la máxima aspiración de un autor elegante y discreto, un poeta para lectores que lo merezcan, aquellas viejas minorías, sean ilustradas o inmensas, eso ya no importa.”
Nunca el humo se sintió tan seguro de su fuego.