Cuadernos de Humo

De vuelta a Coney Island. SImic.



           Pareja en Coney
Island

Era temprano un domingo por la mañana,
así que nos pusimos nuestros mejores trapos
y fuimos a dar una vuelta por el paseo marítimo
entablado
hasta que llegamos a una especie de palacio
con torreones y gallardetes ondeantes.
Me hizo pensar en una tarta nupcial
en el escaparate de una elegante confitería.
Tenía calor, así que me quité la chaqueta
y puse mi brazo alrededor de tu cintura
y te ceñí contra
mientras reclinabas tu cabeza en mi hombro.
Cualquiera podría ver que habíamos hecho el amor
la noche anterior y aún estábamos aturdidos.
Parecíamos desnudos en nuestras ropas
Contemplando los banderines rojos y blancos
batidos por el viento marino.
Las atracciones y las casetas de tiro
con sus patos marchando en fila
todavía cubiertas con tablas y cerradas con
candados.
Sin nadie alrededor todavía para sacarnos nuestra
primera moneda.
Couple at Coney Island

It was early one Sunday morning,
So we put on our best rags
And went for a stroll along the boardwalk
Till we came to a kind of palace
With turrets and pennants flying.
It made me think of a wedding cake
In the window of a fancy bakery shop.

I was warm, so I took my jacket off
And put my arm round your waist
And drew you closer to me
While you leaned your head on my shoulder.
Anyone could see we’d made love
The night before and were still giddy on our feet.
We looked naked in our clothes

Staring at the red and white pennants
Whipped by the sea wind.
The rides and shooting galleries
With their ducks marching in line
Still boarded up and padlocked.
No one around yet to take our first dime.

                                 Charles Simic

La visita de ayer a Coney Island me recordó un poema de Simic que había traducido en 2003 pensando en incluirlo en Lengua de madera. No lo hice por su extensión, a pesar de que es uno de mis poemas preferidos.

2 thoughts on “De vuelta a Coney Island. SImic.”

  1. Es que es un poema muy bello y la traducción perfecta. Esos domingos por la mañana que dan para tanto. Tengo una obsesión con los domingos, las mañanas son a menudo luminosas, pero las tardes lo transforman todo y suelen tirarme abajo. Bello, bello en especial los últimos versos de la segunda estrofa. Ya quiero ver esas fotos de Coney Island.

  2. Por hache o por be

    Todos los domingo en cualquier país son siempre un estado de honda desazón y profunda melancolía. Muchas gracias. (Tal la palabra "Comtenplando" debería ir en minúscula para captar mejor el encabalgamiento de la segunda con la tercera estrofa).

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