Cuadernos de Humo

Recordando a Lara Cantizani. 27 de febrero 2020

Lara Cantizani  (Lucena, Córdoba, 1969-2020) poeta.

Una posible poética (escrita a HB cuando éste le pidió unas palabras sobre su poesía).

Aquí llevas una representación exacta de lo que yo entiendo por poesía: humor, sexo, deporte y mitología. Son 4 poemas claves en mi obra. Cada uno de ellos me abrió, en su momento, una puerta (ya sea por haber salido en una revista, por ganar un premio, etc).

“Verde” es mi primer poema erótico. Acaba de publicarlo Jesús Munárriz en una espléndida antología de coños titulada: El origen del mundo (Hiperión, Madrid, 2004, nº 464).

“Aguafiestas” me dio, junto con 17 poemas, más el premio nacional de poesía “Poeta Mario López”. Fue en Bujalance  (Córdoba), en 1995. Desde entonces soy profesional de esto.

“Carta de Penélope a Circe” es el colofón de humor triste a una serie de poemas de mitología que tienen una clara intención didáctica ¾para mis alumnos.

“El poeta no adelanta…” es uno de mis favoritos en tema deportivo. Salió en la maravillosa antología de Litoral, “Deporte, arte y literatura” de 2004. Es el que más éxito tiene en público cuando lo recito.

En fin, aquí tienes una prosaica explicación del porqué estos y no otros. Si los eligiera la semana que viene seguro que cogía poemas distintos. Todo depende siempre del ánimo. Hoy estoy contento porque me voy unos días a Cádiz  (a comer y beber) con mi familia. Es el Puente de Andalucía. Seguro que en Nueva York no se celebra. Pues muy mal.

CARTA DE PENÉLOPE A CIRCE

Agua. Me separa de Ulises
tu cuerpo y el suyo sudando amor desnudo
sin orillas.
Demasiada agua.
         Su insípido recuerdo vadea seco
por las playas de la memoria.

El porqué de este poema es el mensajero, Telémaco.
Él y tu cariñoso huésped
-fiero engañado-
se creen padre e hijo.
No los desilusiones, no seas bruja.
Además, los labios anónimos que besé a escondidas
se han empapado de olvido
y, te seré sincera, amiga,
no sé bien quién lo engendró.

Mi nuevo amante
-él ha escrito estos versos,
no es héroe, es poeta-
admira al tuyo.
Yo, ya no.

         Recuerdos a los cerdos.

(de Incultura clásica, Casa del Inca, Montilla, 2002).
EL POETA NO ADELANTA, EN BICICLETA, A OTRO DUATLETA

                  Voy deprisa por la vida. Y mi risa
                  es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
                                MANUEL MACHADO

Yo, sin dejar el lado erótico de la vida,
en lo último que pienso ahora
es en las mujeres.

A 15 kilómetros del clímax
mi meta no es la meta.

Mi meta es la caricia
de esos dos suaves pechos
de tercera categoría.
          La redonda metáfora de sus pezones
me regala
un
   descenso
      irreversible.

      Y después, el placer
del vientre liso de una carretera amiga,
      la curva insinuando
un túnel
-no virgen-
de paredes lubricadas
por el sudor de otros hombres
más rápidos.

      Lo penetro firme.
Y salgo de él y vuelvo a entrar
porque se me ha caído
el bote isotónico, derramando así
toda mi fuerza.

En esta batalla de amor
propio
no busco la meta
-ya lo he dicho.
Corro porque se hace camino
al correr.
          Y no estoy solo.
En el horizonte cansado,
                      el enemigo.
Me acerco, a traición, a otro cuerpo duro
que jadea junto al mío,
que no conozco,
que podría gozar
adelantándolo,
pero que prefiero admirar desde atrás,
sin saber nada de la imagen de su cara,
sin ayudarla a quedar
-con relevos cortos
como besos inexpertos de adolescentes-
primera
      en la clasificación femenina.

(de Los 4 elementos, Libros del Consuelo, Béjar, 2004)
AGUAFIESTAS

Atardecen
cándidos lilios gongorinos.
Los arreboles adivinan
su ineludible elegía
y las farolas, exageradas,
escupen ilustración.
El dinamismo de la Naturaleza
invita a tomar
un avión hacia el infinito
del crepúsculo
y yo, jugando a horizonte,
te bajo las bragas
y estropeo
la pureza del idilio.

(de Poemas adúlteros, Cuadernos de Ulía, Fernán-Núñez, 1996)
VERDE

Tus brazos se han abierto,
son bosques y tus senos son bosques.
Tus muslos se han abierto,
son bosques y tu sexo es un bosque.
Estarías desnuda sin ese vestido verde.

(de Yo maté al cisne, Escritores y temas lucentinos, Lucena, 1994)

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *