UN DIA DE FEBRERO EN PROSPECT PARK
140219.- A lo mejor es la fecha, quién
sabe, o que uno se despierta con la mirada más afilada. Ir al parque, casi a
diario, es como ir a misa, o a la ópera, o a dar clase o a hacer el amor.
Tenemos una ruta para cada estación: buscamos el sol en invierno y la sombra en
verano, la llama de los almendros en primavera y el oro rojo en otoño. A veces
hay días planos donde todo parece igual: la sombra en el mismo sitio, las
mismas parejas, la hierba apenas si una piel reseca por el prado, el perro que
duerme en el banco de entrada, las placas metálicas adosadas a los bancos,
dañadas por la lluvia y el olvido, el lago helado… Pero hay días que es como
una catedral en domingo de resurrección, una ópera de Wagner, una lección
magistral.
sabe, o que uno se despierta con la mirada más afilada. Ir al parque, casi a
diario, es como ir a misa, o a la ópera, o a dar clase o a hacer el amor.
Tenemos una ruta para cada estación: buscamos el sol en invierno y la sombra en
verano, la llama de los almendros en primavera y el oro rojo en otoño. A veces
hay días planos donde todo parece igual: la sombra en el mismo sitio, las
mismas parejas, la hierba apenas si una piel reseca por el prado, el perro que
duerme en el banco de entrada, las placas metálicas adosadas a los bancos,
dañadas por la lluvia y el olvido, el lago helado… Pero hay días que es como
una catedral en domingo de resurrección, una ópera de Wagner, una lección
magistral.
Ya
a la entrada, posado en un árbol seco, un sinsonte, como si presintiera que la
primavera no está lejana, actúa de solista en un concierto en el que llama a la
amada que, poco después, aparece y se posa en una rama más alta. Cambia de tono
y gorjea con fuerza y cuando ella desciende a una rama más cercana, el macho mantiene
un pianísimo sostenido que hace temblar a la amada y a dos viejos que lo
escuchan. Ya cautivada, el macho baja a tierra y da unos pasitos: la hembra lo
sigue. Y juntos se pierden de vista. ¿Sabe el macho qué día es hoy?
a la entrada, posado en un árbol seco, un sinsonte, como si presintiera que la
primavera no está lejana, actúa de solista en un concierto en el que llama a la
amada que, poco después, aparece y se posa en una rama más alta. Cambia de tono
y gorjea con fuerza y cuando ella desciende a una rama más cercana, el macho mantiene
un pianísimo sostenido que hace temblar a la amada y a dos viejos que lo
escuchan. Ya cautivada, el macho baja a tierra y da unos pasitos: la hembra lo
sigue. Y juntos se pierden de vista. ¿Sabe el macho qué día es hoy?
En
uno de los bancos que están frente al prado y que son asientos de lujo, sobre
una placa que hemos visto otras veces, alguien ha prendido un ramo de claveles
rojos para que el olvido, la lluvia o la nieve no oxide el recuerdo de la
persona de la placa: el otro día fue el aniversario de su muerte. Mientras haya
flores y el tiempo las marchite. el recuerdo de la persona estará vivo. La luz es la típica de un día de febrero algo
inestable, con ramalazos de viento frío y la caricia de un sol que quiere y no
puede.
uno de los bancos que están frente al prado y que son asientos de lujo, sobre
una placa que hemos visto otras veces, alguien ha prendido un ramo de claveles
rojos para que el olvido, la lluvia o la nieve no oxide el recuerdo de la
persona de la placa: el otro día fue el aniversario de su muerte. Mientras haya
flores y el tiempo las marchite. el recuerdo de la persona estará vivo. La luz es la típica de un día de febrero algo
inestable, con ramalazos de viento frío y la caricia de un sol que quiere y no
puede.
Llegamos
al lago medio helado y una bandada de gansos del Canadá, que uno nunca sabe si
van o vienen, se refleja en la parte helada sin atreverse a entrar en el agua.
Son como flores de algodón con raíces de cristal, uñas de plata, que han
crecido del frío de la noche.
al lago medio helado y una bandada de gansos del Canadá, que uno nunca sabe si
van o vienen, se refleja en la parte helada sin atreverse a entrar en el agua.
Son como flores de algodón con raíces de cristal, uñas de plata, que han
crecido del frío de la noche.
En
un lugar donde en verano hay niños que juegan e inauguran la infancia sobre el
esplendor de la hierba y bajo el toldo generoso de la sombra, vemos otra placa,
esta parece ser nueva, oro reluciente no mordido con el óxido del abandono, que
recuerda a una niña llamada Harlow “…our
sweet baby girl. We love you so much. You will be forever
remembered. February, 12, 2016”. Sus padres han cubierto la placa con un adorno floral de rosas.
un lugar donde en verano hay niños que juegan e inauguran la infancia sobre el
esplendor de la hierba y bajo el toldo generoso de la sombra, vemos otra placa,
esta parece ser nueva, oro reluciente no mordido con el óxido del abandono, que
recuerda a una niña llamada Harlow “…our
sweet baby girl. We love you so much. You will be forever
remembered. February, 12, 2016”. Sus padres han cubierto la placa con un adorno floral de rosas.
A
la salida un joven, sentado en un banco, toca una trompeta. Es una melodía
triste, como un ramo de rosas secas o un trozo de hielo partido en mil pedazos.
Como lo es la vida, como lo es este día quejumbroso y afligido de febrero con
nombres escritos en el olvido y pájaros que uno nunca saben de dónde vienen y
adónde van.
la salida un joven, sentado en un banco, toca una trompeta. Es una melodía
triste, como un ramo de rosas secas o un trozo de hielo partido en mil pedazos.
Como lo es la vida, como lo es este día quejumbroso y afligido de febrero con
nombres escritos en el olvido y pájaros que uno nunca saben de dónde vienen y
adónde van.
Suave postal, tristeza dulce en Prospect Park, gracias.