noche, que queman tanto como la llama del desamor, tan minoritarios como un
cuarteto perdido de Haydn y tan breves e intensos como el perfume de una ortiga.
Poetas que tocan muchas vidas por la inmediatez de su poesía.
Martín López Vega es un poeta que se deja querer. La mayoría de los
poemas tienen un comienzo “natural”, casi prosaico, que te obliga a entrar al
toro del poema. Una vez que entras en el envite te encuentras deslumbrado con
un universo que es difícil olvidar y salir.
poemas tienen un comienzo “natural”, casi prosaico, que te obliga a entrar al
toro del poema. Una vez que entras en el envite te encuentras deslumbrado con
un universo que es difícil olvidar y salir.
Los poemas de MLV son “objetos” (luego veremos
porqué) que piden ser habitados, leídos, adoptados. Veinte años, como el tango,
no es nada y es mucho. Veinte años es haber encontrado una voz, un lugar, una
silla donde sentarse y ver pasar la vida. Poemas viajeros, poemas de amor,
poemas de vivencias, poemas que hablan de cosas que le pasan a usted y a mí y a
la vecina y al amigo. Pero, sobre todo, Martín escribe sabiendo, y en esto
radica la maestría y el poder de su poesía, que un poema es algo más que un
poema. Un poema es un mundo, no una mera idea o una metáfora o un chisporroteo
de imágenes más o menos acertadas. En cada poema caben muchos mundos y en esos
mundos caben muchos poemas. No os dejéis
engañar por la aparente cotidianidad, los poemas de Martín López Vega tienen
acero. Son poemas macizos, poderosos, envueltos en aparentes y coloreadas
radiografías. Poemas que dan razón a tu vida porque es una poesía razonada por
el sentido común.
porqué) que piden ser habitados, leídos, adoptados. Veinte años, como el tango,
no es nada y es mucho. Veinte años es haber encontrado una voz, un lugar, una
silla donde sentarse y ver pasar la vida. Poemas viajeros, poemas de amor,
poemas de vivencias, poemas que hablan de cosas que le pasan a usted y a mí y a
la vecina y al amigo. Pero, sobre todo, Martín escribe sabiendo, y en esto
radica la maestría y el poder de su poesía, que un poema es algo más que un
poema. Un poema es un mundo, no una mera idea o una metáfora o un chisporroteo
de imágenes más o menos acertadas. En cada poema caben muchos mundos y en esos
mundos caben muchos poemas. No os dejéis
engañar por la aparente cotidianidad, los poemas de Martín López Vega tienen
acero. Son poemas macizos, poderosos, envueltos en aparentes y coloreadas
radiografías. Poemas que dan razón a tu vida porque es una poesía razonada por
el sentido común.
Lo peor
que le puede pasar a un poeta es ponerse serio o transcendente a la hora de
escribir un poema. La poesía es un conjunto de sinrazones, un resultado de
locuras, emociones personales y únicas, vivencias que solo el poeta capta y
recibe y experimenta. La poseía de MLV es la poesía de un hombre experimentado,
a veces escaldado, rechazado por el amor, la vida, la gente. Por eso Retrovisor, (poemas elegidos 1992-2012),
y por extensión toda su poesía, nos sirve de abrigo, de cobertura para hacernos
la vida más cálida. Nos cobija, nos da seguridad y nos sentimos como dueños de
un trozo de tierra donde el alma pueda descansar. (El
marqués de Santillana, en su Proemio-carta,
define a la poesía como “un fingimiento de cosas utyles, cubiertas o ueladas
con muy fermosa cobertura, compuestas, distinguidas e scandidas por cierto
cuento, peso e medida…” Veladas, útiles, con muy hermosa envoltura, con peso y
musicalidad, como la poesía de MLV.
que le puede pasar a un poeta es ponerse serio o transcendente a la hora de
escribir un poema. La poesía es un conjunto de sinrazones, un resultado de
locuras, emociones personales y únicas, vivencias que solo el poeta capta y
recibe y experimenta. La poseía de MLV es la poesía de un hombre experimentado,
a veces escaldado, rechazado por el amor, la vida, la gente. Por eso Retrovisor, (poemas elegidos 1992-2012),
y por extensión toda su poesía, nos sirve de abrigo, de cobertura para hacernos
la vida más cálida. Nos cobija, nos da seguridad y nos sentimos como dueños de
un trozo de tierra donde el alma pueda descansar. (El
marqués de Santillana, en su Proemio-carta,
define a la poesía como “un fingimiento de cosas utyles, cubiertas o ueladas
con muy fermosa cobertura, compuestas, distinguidas e scandidas por cierto
cuento, peso e medida…” Veladas, útiles, con muy hermosa envoltura, con peso y
musicalidad, como la poesía de MLV.
Uno recomendaría este libro tenazmente porque
uno sabe que es un libro, una poesía que abriga, cercana, asequible, que
alivia, navaja y bisturí, con sabor a moras y con luz portuguesa, con llanto
romano y estética universal, espolvoreada con versos de otros poetas de lenguas
lejanas y misteriosas y con voces de un país donde la niebla es poesía. En Retrovisor nos vemos reflejados en el
ayer y nos avisa de todo lo que ha de
venir mañana. Retrovisor, por
ahora, es el hoy. Que no es poco. En los espejos retrovisores de los coches en
este país aparece en la parte inferior el siguiente aviso: OBJECTS IN MIRROR ARE CLOSER THAN THEY APPEAR. El mismo
aviso debería llevar este libro y toda la poesía de MLV: Los poemas de este Retrovisor están mucho más cercanos de
lo que parecen.
uno sabe que es un libro, una poesía que abriga, cercana, asequible, que
alivia, navaja y bisturí, con sabor a moras y con luz portuguesa, con llanto
romano y estética universal, espolvoreada con versos de otros poetas de lenguas
lejanas y misteriosas y con voces de un país donde la niebla es poesía. En Retrovisor nos vemos reflejados en el
ayer y nos avisa de todo lo que ha de
venir mañana. Retrovisor, por
ahora, es el hoy. Que no es poco. En los espejos retrovisores de los coches en
este país aparece en la parte inferior el siguiente aviso: OBJECTS IN MIRROR ARE CLOSER THAN THEY APPEAR. El mismo
aviso debería llevar este libro y toda la poesía de MLV: Los poemas de este Retrovisor están mucho más cercanos de
lo que parecen.
Dos poemas.
LUZ DE INVIERNO EN EL
GIANICOL0
GIANICOL0
Estropeó
todas las fotografías, aquella luz de invierno
todas las fotografías, aquella luz de invierno
sobre
los árboles del Gianicolo: demasiado intensa
los árboles del Gianicolo: demasiado intensa
como para
quedar bien fijada.
quedar bien fijada.
Lo mismo
ocurre con los momentos
ocurre con los momentos
en exceso
felices: la memoria no consigue después
felices: la memoria no consigue después
interpretarlos
adecuadamente,
adecuadamente,
otorgarles
la luminosidad precisa.
la luminosidad precisa.
Quedan en
la fotografía cosas que no están en ella:
la fotografía cosas que no están en ella:
los
racimos de muchachas americanas
racimos de muchachas americanas
camino
del bar Gianicolo,
del bar Gianicolo,
el
cañonazo de las doce en homenaje a Garibaldi,
cañonazo de las doce en homenaje a Garibaldi,
mis
manos, dos partes de mi cuerpo que no me agradan
manos, dos partes de mi cuerpo que no me agradan
–sus
dedos como ramas de un árbol demasiado cansado
dedos como ramas de un árbol demasiado cansado
de buscar
en vano la ternura.
en vano la ternura.
Queda esa
luz que acaricia el lomo de los días
luz que acaricia el lomo de los días
y que
niega al recuerdo de aquella colina
niega al recuerdo de aquella colina
esa
intuición misteriosa:
intuición misteriosa:
allí es imposible
prever
el olor que rodeará nuestras sepulturas.
el olor que rodeará nuestras sepulturas.
ESPEJO
En las
macetas de la terraza,
macetas de la terraza,
abandonadas
entre ramas secas
entre ramas secas
han
crecido las ortigas.
crecido las ortigas.
Las
cuidaré.
cuidaré.
Estaré cerca de tu sabiduría literaria en el blog. Estupenda recomendación que seguiré al pie de la letra. Y un abrazo con lluvia desde Madrid.
Amigo José Luis. Eres el primero, en esta segunda etapa bloguera, en escribir un comentario! Gozosa inauguración. Un abrazo inaugural :).
No me gustan, y debo decirlo, ni los MLV ni los JLGM de tu siguiente artículo -que he leído antes. Tanto la reseña, como los dos poemas que has elegido, nos llevan de la mano a La Casa del Libro.