Cuadernos de Humo

LA ULTIMA BALA

 
         ¿Quiere usted saber quiénes
fueron los “amigos” (uno de ellos todavía vivo) de un poeta español que recibió
el Premio Nobel? ¿Le intriga el tipo de música que le gusta al autor? ¿Sabe
usted la opinión que Franco tenía sobre Lorca?

       En Línea roja (2009-2010) el autor sabe, igual
que los fumadores sabían que la hoja roja en los librillos de papel de fumar
avisaba del final, que está pisando la línea roja de salida… Esto le advierte,
al rozar los sesenta, que está llegando a la juventud de la vejez, y parece,
solo parece, que se vuelve menos agresivo, más amable, que su mirada de poeta,
se endulza y se llena de melancolía. Falsa alarma. La vejez no cura el talento,
lo acrecienta. Por esto uno cree que Línea
roja
es uno de los libros más intensos e importantes que ha escrito JLGM. Y,
sobre todo, el más reflexivo.

      ¿Quiere sentir cómo huele la luz
de Avilés? ¿Cómo se le escapan al autor de las manos sombras venecianas? ¿A qué
sótanos oscuros como boca de lobo baja el poeta en Nueva York?

Inteligencia, ironía, información y crítica
podrían ser los cuatro pilares de este libro. JLGM no es que llame al pan pan y
al vino vino (a veces hace comulgar al lector con ruedas de molino), pero, eso
dice, no se casa con nadie. La prosa de JLGM no está manipulada y sus diarios
no son ni novelas ni crónicas en marcha, escribe “en directo” y lo publica en
la prensa de inmediato. De ahí que sus diarios, aparte de densos y condensados,
rezumen frescura.

      ¿Qué verbo pronuncia mal en el
laberinto de Nápoles? ¿Va el profesor a Ginebra en busca de Borges o en busca
del gato borgiano? ¿Le llena el olor a leña verde y a tierra mojada cuando
vuelve a Aldeanueva del Camino en busca de su infancia?

      ¿Provocación? ¡Sí! ¿Puyazos? ¡Sí! Buena
literatura, también. Si JLGM fuera de esos escritores, como por ejemplo el
marido de una novelista grande, que se dedican a dar premios, palmaditas,
elogios y abrazos, posiblemente otro gallo le cantara. Hay gallos que están
afónicos. Pero como vive en una provincia (no importa que JLGM esté siempre o
volviendo de viaje), es un hombre rutinario (una postura kantiana) y en
apariencia es un crítico feroz, no le queda más remedio que pagar sus deslices
aguantando, con conocimiento de causa, el silencio de muchos y la envidia de la
mayoría. Y no olvide que:
Línea roja es una obra que
pertenece al género del diario íntimo, pero las únicas intimidades que cuenta
son aquellas, propias o ajenas que el autor considera que pueden interesar a
los demás”.

      ¿Qué tipo de ciudades le gusta
al autor de Línea roja? ¿Se enamoró José Hierro de Nueva York o se enamoró de
alguien en Nueva York? ¿Sabe usted que JLGM inventa su verdad cada día
?

      La edición, como siempre,  es espléndida. Impronta Editorial se apunta otro tanto a la hora de editar un
precioso ejemplar. La portada es una declaración de principios. Kudos para la editora Marina Lobo que
está dejando su personal marca, (impronta) y traza en cada libro que edita.
Si usted quiere saber las
respuestas a las preguntas de esta nota, si usted se pregunta qué piensan los
enemigos de JLGM  y si no le molesta que
el autor le dé lecciones de vivir, amar y bien mentir, corra y compre Línea roja. A la mayoría nos gusta cómo
escribe JLGM aunque lo que cuente, en su mayoría, no sea verdad.

¿Guarda el poeta algún secreto
en lo más hondo de su alma?

 

2 thoughts on “LA ULTIMA BALA”

  1. Inteligentísima y muy original manera de hacer la reseña de un libro como este. Casi un diálogo socrático. Excelente.

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