Cuadernos de Humo

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UN SONETO DE HILDEBRANDO DE BARGAS. A gusto del consumidor. Soneto del poeta toledano del XVII, Hildebrando de Bargas (1599-1654) fue canónigo penitenciario de la Santa Iglesia Catedral Primada y amigo de la princesa de Éboli. Escribió un auto sacramental, a la manera de Calderón de la Barca, titulado “El narciso más hermoso”, representado en […]

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La casa con una sombra dentro

 31 Sabemos que Ítaca no es la tierra prometida, ni el encuentro con Penélope y el tapiz, ni con el perro leal ni con Telémaco, ni siquiera con Ulises; al no conocerla no sabemos cómo es, dónde está ni quién nos espera. Sabemos que posiblemente Ítaca sea para nuestros amigos un apartamento al lado del

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La casa con una sombra dentro.

  30 La vida fue injusta con ella. Le disminuyó el cerebro y le agrandó el corazón, envenenándole los riñones y haciéndole polvo los huesos. Vivía encarcelada, atada su lengua que, a veces, tropezaba, sus manos arropadas con guantes de plomo y sus pies con pesadas raíces, su cerebro atravesado por una nube oscura: noche

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La casa con una sombra dentro

29 Desorientado por las seis horas de diferencia horaria entre Nueva y York y Toledo me despierto a media noche. La oscuridad es una balsa de agua negra, pesada, con olor a plata caducada. Todo está inmóvil. La noche es un cuerpo tendido sin fuerzas para mover los dedos. De pronto, de la misma manera

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La casa con una sombra dentro

28    En mi casa, como éramos muchos hermanos, los Reyes nos traían pocos juguetes, la mayoría eran cosas prácticas: zapatos, abrigos, bufandas, libros… Cuando nos preguntaban en el colegio nos daba vergüenza decir lo que nos habían echado porque los compañeros decían que esas cosas no eran juguetes. Lo que a mis hermanos les

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La casa con una sombra dentro

27 Mi madre no es que fuera una cocinera de primera, pero cocinaba muy bien y eso que en mi casa era corriente sentarnos diariamente a la mesa quince personas. Esto, sin contar los cumpleaños, las navidades, los bautizos, las semanas santas en las que a veces éramos hasta veinticinco. Para mí hacer una tortilla

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La casa con una sombra dentro.

26 A mí, al menos, el aire me olía a incienso y la luz me parecía de domingo, no importa que fuese lunes. Un lunes especial: un lunes después del domingo de resurrección y, lo más importante, un lunes en que iban a quemar a Judas. Judas aparecía colgado  a un cable que cruzaba la

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La casa con una sombra dentro

25 En mi casa, que no eran monárquicos, leían el ABC. Lo traía  al mediodía el señor Juanito del que decía mi madre había sido republicano. En el ABC aprendimos a leer mis hermanos y yo. Mi padre, después de leer la tercera página y las páginas de huecograbado en donde escribía artículos bellísimos y

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La casa con una sombra dentro

            Se pueden ver en Internet los documentales del NO-DO. Desde el momento que he escuchado la sintonía y han aparecido las primeras imágenes me he visto rodeado de olores sucios y oscuridades frías, de temblores y recuerdos lejanísimos y sombríos.       Y los tres cines de Toledo: el Moderno, el Imperio

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La casa con una sombra dentro

24 Vuelvo a Toledo como si volviera a un laberinto con salida, a la casa donde nací aun sabiendo que ya no existe. El Toledo que vive dentro de mi historia es un Toledo provinciano, abarcable, con un cuartel de la policía armada y otro de la guardia civil en el casco urbano, un alcalde

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