LA LUZ SOBRE LOS TOLDOS: DON DE LA NOCHE, DE SUSANA BENET.
Don
de la noche
de la noche
Susana Benet
Pre-textos, Valencia, 2018.
Don de la noche comienza en una mañana “en luz apaciguada” (que a uno le recuerda
a Juan de la Cruz) y acaba con “Los que huyen de la noche / no entienden su
misterio”, hay que empezar a leerlo de día y acabarlo de noche, o no acabarlo,
dejar que su magia quede a tu alrededor protegiéndote y acompañándote. Como
esta poética, escrita en dos haikus
a Juan de la Cruz) y acaba con “Los que huyen de la noche / no entienden su
misterio”, hay que empezar a leerlo de día y acabarlo de noche, o no acabarlo,
dejar que su magia quede a tu alrededor protegiéndote y acompañándote. Como
esta poética, escrita en dos haikus
POEMA
Aunque quería
no podía
escribir
escribir
ese poema.
Pero al mirar
en mi balcón la
rosa,
rosa,
estaba escrito.
Hay
que saborearlo despacio y con la mirada atenta; no siempre se encuentra uno con
un libro de esta categoría. Hay que acariciar sus palabras, su música, su
ritmo, su mundo metafórico, sus imágenes, sus reflexiones, su aparente
minimalismo, su magia, eso que el libro tiene que no se puede explicar. Que se
llene tu alma de ese silencio nocturno que fluye a lo largo del libro, que te
dejes envolver por la luminosidad, el resplandor, la maestría de este libro.
que saborearlo despacio y con la mirada atenta; no siempre se encuentra uno con
un libro de esta categoría. Hay que acariciar sus palabras, su música, su
ritmo, su mundo metafórico, sus imágenes, sus reflexiones, su aparente
minimalismo, su magia, eso que el libro tiene que no se puede explicar. Que se
llene tu alma de ese silencio nocturno que fluye a lo largo del libro, que te
dejes envolver por la luminosidad, el resplandor, la maestría de este libro.
EMBRIAGUEZ
Bebiendo su
silencio
silencio
me emborraché de
noche.
noche.
¡Qué resaca de
sombras
sombras
arrastré todo el
día!
día!
Sí,
Susana Benet es conocida como una poeta que escribe haikus únicos, una pintora
que pone marcos a algunos de su poemas con esas excelentes acuarelas de árboles,
flores y ramas, pero es también una mujer que tiene la suerte de poseer
equilibrio e inteligencia para usar la palabra justa, el verso exacto, el
adjetivo preciso y crear un poema que, en apariencia puede parecer un leve pie
de página, pero que es, en su brevedad y precisión, una filigrana. Como en este
poema, titulado “El día”
Susana Benet es conocida como una poeta que escribe haikus únicos, una pintora
que pone marcos a algunos de su poemas con esas excelentes acuarelas de árboles,
flores y ramas, pero es también una mujer que tiene la suerte de poseer
equilibrio e inteligencia para usar la palabra justa, el verso exacto, el
adjetivo preciso y crear un poema que, en apariencia puede parecer un leve pie
de página, pero que es, en su brevedad y precisión, una filigrana. Como en este
poema, titulado “El día”
Qué pronto la
mañana
mañana
se ha convertido
en tarde.
en tarde.
En los cercanos
arboles
arboles
ya palidece el
sol.
sol.
Llega la noche.
Otro día que
pasa
pasa
rozándome los
ojos,
ojos,
donde dura un
instante
instante
el brillo de la
luna.
luna.
Es
Don de la noche, publicado por la
editorial Pre-textos con una viñeta de
la poeta en portada, un libro que es un retablo cívico, urbano, cotidiano, una
narración colorista y floral, un cuadro costumbrista, un universo dicho en cuarenta
y un poemas breves, una puerta por donde entrar a un mundo intenso en donde la
vida asusta, preocupa, divierte, inquieta a la poeta y a la persona que mira al
gato cazador “que observa lo que escribo”, a alguien que grita, que observa
“esa chaqueta tuya”, repleto de colores, desbordando olores, que nos sumerge en
la naturaleza. Y también la presencia de la muerte, en “Polvo”, uno de los mas
escalofriantes y hondos poemas del libro.
Don de la noche, publicado por la
editorial Pre-textos con una viñeta de
la poeta en portada, un libro que es un retablo cívico, urbano, cotidiano, una
narración colorista y floral, un cuadro costumbrista, un universo dicho en cuarenta
y un poemas breves, una puerta por donde entrar a un mundo intenso en donde la
vida asusta, preocupa, divierte, inquieta a la poeta y a la persona que mira al
gato cazador “que observa lo que escribo”, a alguien que grita, que observa
“esa chaqueta tuya”, repleto de colores, desbordando olores, que nos sumerge en
la naturaleza. Y también la presencia de la muerte, en “Polvo”, uno de los mas
escalofriantes y hondos poemas del libro.
Pocas veces uno se ha encontrado tan
protegido, tan acompañado y ha sentido tan de cerca la poesía como en este
libro. Un don el de Susana Benet.
protegido, tan acompañado y ha sentido tan de cerca la poesía como en este
libro. Un don el de Susana Benet.
COMENTARIO DE
TEXTO.
TEXTO.
Haasta llegar a la luz.
IMPRESIÓN DE LA
MAÑANA
MAÑANA
Están rotas la
nubes.
nubes.
Un manto
desgarrado cubre el cielo.
desgarrado cubre el cielo.
Las ramas de los
árboles desnudos
árboles desnudos
atraviesan los
pálidos jirones.
pálidos jirones.
Una dulce
quietud invade el aire
quietud invade el aire
tras semanas de
viento enloquecido.
viento enloquecido.
Las plantas en
sus tiestos
sus tiestos
parecen dormitar
agradecidas
agradecidas
por esta amable
tregua
tregua
que sumerge las
hojas y las flores
hojas y las flores
en luz
apaciguada.
apaciguada.
Abre el libro el poema con un título
clave: “Impresión de la mañana”. En poesía, como sabemos, tenemos una figura
retórica llamada sinestesia que al mezclar, en este caso sensaciones auditivas y visuales, nos da “impresiones” que es lo que el
poeta nos indica a partir del titulo. Es este un
poema “exterior” que impresiona y que
es una muestra de la fuerza, el estilo y la personalidad de la poeta. Es una lección
de poesía descriptiva por un lado y de visión narrativa por otro, así como una
gradación en la forma y en el fondo. Tiene el poema once versos de los que
cuatro son heptasílabos y los restantes son endecasílabos. Hay en el poema una
“estudiada” combinación que da al poema una estructura sólida, el aliento, el
aire y la respiración rítmica que hace que el lector sienta la “dulce quietud”
y la “amable tregua”.
clave: “Impresión de la mañana”. En poesía, como sabemos, tenemos una figura
retórica llamada sinestesia que al mezclar, en este caso sensaciones auditivas y visuales, nos da “impresiones” que es lo que el
poeta nos indica a partir del titulo. Es este un
poema “exterior” que impresiona y que
es una muestra de la fuerza, el estilo y la personalidad de la poeta. Es una lección
de poesía descriptiva por un lado y de visión narrativa por otro, así como una
gradación en la forma y en el fondo. Tiene el poema once versos de los que
cuatro son heptasílabos y los restantes son endecasílabos. Hay en el poema una
“estudiada” combinación que da al poema una estructura sólida, el aliento, el
aire y la respiración rítmica que hace que el lector sienta la “dulce quietud”
y la “amable tregua”.
Después
de los dos primeros versos escritos con las riendas tersas, nos encontramos con
dos pares encabalgados. Es en los cinco últimos versos, donde el poema se
suelta, vuela, en un poderoso encabalgamiento que nos arrastra, como nos
arrastra la vida, y nos adentra en la amable tregua del final luminoso donde vemos
sumergidas “las hojas y las flores / en luz apaciguada”.
de los dos primeros versos escritos con las riendas tersas, nos encontramos con
dos pares encabalgados. Es en los cinco últimos versos, donde el poema se
suelta, vuela, en un poderoso encabalgamiento que nos arrastra, como nos
arrastra la vida, y nos adentra en la amable tregua del final luminoso donde vemos
sumergidas “las hojas y las flores / en luz apaciguada”.
Es
un poema que tiene un comienzo un poco brusco, una rotura en lo alto, le sigue un
“cuerpo” equilibrado que sirve de transición entre las nubes y los tiestos y un
glorioso final. Los dos versos primeros son ideas completas acotadas por un
punto en los que destacamos los adjetivos “rotas” y “desgarrados”, que
continúan la idea de rotura hasta la palabra jirones que es la “cabeza” del
poema. Los dos siguientes versos apaciguan el ambiente con la “dulce quietud”
en donde aparece “el corazón”. Se ahonda aun más en la calma viendo cómo las
plantas duermen agradecidas. Y el suave, sosiego, sereno verso de cierre, de
este don de la noche, con esa luz apaciguada. Del manto desgarrado, pasando por
los tiestos, la tierra, hasta llegar (¿o bajar?) a la luz.
un poema que tiene un comienzo un poco brusco, una rotura en lo alto, le sigue un
“cuerpo” equilibrado que sirve de transición entre las nubes y los tiestos y un
glorioso final. Los dos versos primeros son ideas completas acotadas por un
punto en los que destacamos los adjetivos “rotas” y “desgarrados”, que
continúan la idea de rotura hasta la palabra jirones que es la “cabeza” del
poema. Los dos siguientes versos apaciguan el ambiente con la “dulce quietud”
en donde aparece “el corazón”. Se ahonda aun más en la calma viendo cómo las
plantas duermen agradecidas. Y el suave, sosiego, sereno verso de cierre, de
este don de la noche, con esa luz apaciguada. Del manto desgarrado, pasando por
los tiestos, la tierra, hasta llegar (¿o bajar?) a la luz.