POLVO EN DOS TIEMPOS Y CODA
FINAL
FINAL
Polvo en el aire
Marcos Matacana Martín
Palimpsetoeditorial
Colección de_sastre
Primer
polvo: Si, como decía Novalis, “La poesía cura la heridas ocasionadas por la razón”, Polvo en el aire hurga en las heridas
infligidas por el corazón y nos las muestra, razonadas, envueltas en vendas
renacentistas, de seda, de algodón, de lino y de poliéster, y nos deja ese
dolor en el sentimiento que quería Garcilaso y una hoguera en la razón. Marcos
Matacana Martín merecería ser, paradójicamente, un poeta americano, un epígono
de Bukowski, un nieto descarriado de los Novísimos, tan olvidados y rancios, y
un escolar aplicado del Siglo de Oro ya que se considera “afiliado emocionalmente al Visceralrealismo y al Estridentismo, prometió no
escribir nunca nada que no fuese el grito desgarrado de los desheredados de la
Tierra, famélica legión. Pero la fiebre del Realismo Visceral bolañiano [se
mezcla primorosamente] con influencias como los novísimos, la poesía de
Bukowski y la de algunos miembros de la Beat Generation”. Se entienda como se
entienda.
polvo: Si, como decía Novalis, “La poesía cura la heridas ocasionadas por la razón”, Polvo en el aire hurga en las heridas
infligidas por el corazón y nos las muestra, razonadas, envueltas en vendas
renacentistas, de seda, de algodón, de lino y de poliéster, y nos deja ese
dolor en el sentimiento que quería Garcilaso y una hoguera en la razón. Marcos
Matacana Martín merecería ser, paradójicamente, un poeta americano, un epígono
de Bukowski, un nieto descarriado de los Novísimos, tan olvidados y rancios, y
un escolar aplicado del Siglo de Oro ya que se considera “afiliado emocionalmente al Visceralrealismo y al Estridentismo, prometió no
escribir nunca nada que no fuese el grito desgarrado de los desheredados de la
Tierra, famélica legión. Pero la fiebre del Realismo Visceral bolañiano [se
mezcla primorosamente] con influencias como los novísimos, la poesía de
Bukowski y la de algunos miembros de la Beat Generation”. Se entienda como se
entienda.
Abren el libro unos versos de Eliot y
les sigue una cita en latín de un cardenal toledano. En el primer poema, que es
un autorretrato, hay unos versos de Baudelaire; en la primera parte del libro: “A
humo de pajas”, otro verso de un poeta español contemporáneo a manera de
prólogo; y en el primer poema propiamente dicho, este verso: “Estos días azules
y este sol de la infancia” de don Antonio Machado. Esta pluralidad de citas, en
diferentes idiomas, y de diferentes culturas, nos avisa de las variantes
temáticas que nos vamos a encontrar en el libro: la poesía de la Roma clásica,
nuestro Renacimiento, la cultura europea y anglosajona, los grandes poetas
españoles del siglo XX y la poesía española actual. Marcos Matacana Martín,
siguiendo la “escuela de Álvarez” y de otros, es propenso a encabezar todos los poemas con
una y a veces con dos citas; he aquí algunos de los autores citados: Kiko
Veneno, Jack Kerouac, Zeppelin, Derek Walcott, Catulo, Corso, Carver, Radio
Futura, Pasolini, Marcos el evangelista, Triana y, por supuesto, “San” Charles
Bukowski, que tanto daño ha hecho a algunos poetas.
les sigue una cita en latín de un cardenal toledano. En el primer poema, que es
un autorretrato, hay unos versos de Baudelaire; en la primera parte del libro: “A
humo de pajas”, otro verso de un poeta español contemporáneo a manera de
prólogo; y en el primer poema propiamente dicho, este verso: “Estos días azules
y este sol de la infancia” de don Antonio Machado. Esta pluralidad de citas, en
diferentes idiomas, y de diferentes culturas, nos avisa de las variantes
temáticas que nos vamos a encontrar en el libro: la poesía de la Roma clásica,
nuestro Renacimiento, la cultura europea y anglosajona, los grandes poetas
españoles del siglo XX y la poesía española actual. Marcos Matacana Martín,
siguiendo la “escuela de Álvarez” y de otros, es propenso a encabezar todos los poemas con
una y a veces con dos citas; he aquí algunos de los autores citados: Kiko
Veneno, Jack Kerouac, Zeppelin, Derek Walcott, Catulo, Corso, Carver, Radio
Futura, Pasolini, Marcos el evangelista, Triana y, por supuesto, “San” Charles
Bukowski, que tanto daño ha hecho a algunos poetas.
Polvo en
el aire son varios libros en un solo libro que recoge la mayor
parte de la producción poética de Marcos Matacana Martín. Un primer libro voluminoso, resultado de muchos años de trabajo, con
algunos de los defectos de un principiante que no lo es. Un trabajo al que le
faltan (o tal vez le sobran) signos de puntuación, mayúsculas, algunas
repeticiones, homenajes y temblores. Posiblemente hubiera sido mejor para el
poeta y para el editor si esta obra hubiera sido publicada en tres tomos. A los
que hemos seguido a Marcos Matacana Martín y sabemos que es un poeta con una
voz propia este libro nos sabe a poco; los que le siguen estarán de enhorabuena
porque Polvo en el aire es un libro
necesario, que rompe moldes establecidos y que se adelanta, en muchos aspectos,
a una poesía que en España no se suele hacer. De apariencia coloquial y en
ocasiones “prosaico”, Polvo en el aire
tiene una musicalidad, a veces estridente, como si Mozart hubiera perdido el
compás, sin perderlo, o Bela Bartok lo hubiese recobrado.
el aire son varios libros en un solo libro que recoge la mayor
parte de la producción poética de Marcos Matacana Martín. Un primer libro voluminoso, resultado de muchos años de trabajo, con
algunos de los defectos de un principiante que no lo es. Un trabajo al que le
faltan (o tal vez le sobran) signos de puntuación, mayúsculas, algunas
repeticiones, homenajes y temblores. Posiblemente hubiera sido mejor para el
poeta y para el editor si esta obra hubiera sido publicada en tres tomos. A los
que hemos seguido a Marcos Matacana Martín y sabemos que es un poeta con una
voz propia este libro nos sabe a poco; los que le siguen estarán de enhorabuena
porque Polvo en el aire es un libro
necesario, que rompe moldes establecidos y que se adelanta, en muchos aspectos,
a una poesía que en España no se suele hacer. De apariencia coloquial y en
ocasiones “prosaico”, Polvo en el aire
tiene una musicalidad, a veces estridente, como si Mozart hubiera perdido el
compás, sin perderlo, o Bela Bartok lo hubiese recobrado.
Hay dos aspectos que a uno le han
interesado desde que conoció, hace ya tiempo, la poesía de Marcos Matacana
Martín: la presencia de la tradición española y “el soplo divino del poeta”. Marcos
Matacana Martín, ecopoeta y autoproclamado gurú del Movimiento Post-itista, que conoce muy a fondo la historia de la literatura española, incrusta en
medio de un campo minado de putas, camas, vaginas, culos, cojones, una idea o
el texto de un clásico que hace que el poema no sólo se salve, sino que haga de
esa textualidad un juego y un estilo. Hay que destacar la habilidad del poeta
para elevar el poema cuando parece que se hunde. De ser un poema poliéster, o
de los que escriben la generación Instagram, a ser un poeta modélico en su
género.
interesado desde que conoció, hace ya tiempo, la poesía de Marcos Matacana
Martín: la presencia de la tradición española y “el soplo divino del poeta”. Marcos
Matacana Martín, ecopoeta y autoproclamado gurú del Movimiento Post-itista, que conoce muy a fondo la historia de la literatura española, incrusta en
medio de un campo minado de putas, camas, vaginas, culos, cojones, una idea o
el texto de un clásico que hace que el poema no sólo se salve, sino que haga de
esa textualidad un juego y un estilo. Hay que destacar la habilidad del poeta
para elevar el poema cuando parece que se hunde. De ser un poema poliéster, o
de los que escriben la generación Instagram, a ser un poeta modélico en su
género.
Marcos Matacana Martín tiene una voz
que a veces que susurra y a veces gime con un aliento de honda soledad, pero es
una voz despejada, que resuena, una voz certera. Es un poeta, por un lado, con
ese “dolorido sentir” de Garcilaso y el fatalismo barroco andaluz, un mar
elegíaco con un pantalán en el que alguna vez fue feliz.
que a veces que susurra y a veces gime con un aliento de honda soledad, pero es
una voz despejada, que resuena, una voz certera. Es un poeta, por un lado, con
ese “dolorido sentir” de Garcilaso y el fatalismo barroco andaluz, un mar
elegíaco con un pantalán en el que alguna vez fue feliz.
En Polvo
en el aire hay una visión de la época en que la vida sentimental del poeta empezaba,
que se engarza, como las joyas en una custodia atea, con una visión amarga y
pesimista arropada por el manto de la tradición. Habría que destacar una cierta
religiosidad que juega con símbolos y tradiciones mezclada con profanidades que
convierten a algunos poemas en oraciones para una ceremonia de la confusión y
de la culpa: el peso de una educación adusta y severa. El crítico José Luis
Morante define así la poesía de Marcos Matacana Martín: La poesía de Marcos Matacana Martín podría adscribirse –si se me
permite una vez más ese recurso crítico de las etiquetas- al realismo
figurativo, a esa lírica enunciativa que destila insatisfacción y que fuerza al
lenguaje a mostrarse crítico con el conformismo.
en el aire hay una visión de la época en que la vida sentimental del poeta empezaba,
que se engarza, como las joyas en una custodia atea, con una visión amarga y
pesimista arropada por el manto de la tradición. Habría que destacar una cierta
religiosidad que juega con símbolos y tradiciones mezclada con profanidades que
convierten a algunos poemas en oraciones para una ceremonia de la confusión y
de la culpa: el peso de una educación adusta y severa. El crítico José Luis
Morante define así la poesía de Marcos Matacana Martín: La poesía de Marcos Matacana Martín podría adscribirse –si se me
permite una vez más ese recurso crítico de las etiquetas- al realismo
figurativo, a esa lírica enunciativa que destila insatisfacción y que fuerza al
lenguaje a mostrarse crítico con el conformismo.
Sólo por leer, y llorar, el poema “Tú nunca dejarás
de ser un niño”, este libro es una joya. Es un poema escalofriante del amor de
un padre por su hijo. La edición es ejemplar, con la sobriedad de la luz de
Triana y el claroscuro de la sombra de Sevilla. Salgan del jardín marchito de
la poesía, tan al uso en nuestros días, y respiren en otro jardín donde hay
polvo en el aire
de ser un niño”, este libro es una joya. Es un poema escalofriante del amor de
un padre por su hijo. La edición es ejemplar, con la sobriedad de la luz de
Triana y el claroscuro de la sombra de Sevilla. Salgan del jardín marchito de
la poesía, tan al uso en nuestros días, y respiren en otro jardín donde hay
polvo en el aire
_______________________________
Segundo
polvo: Imagínense que Bukowski hubiera nacido en Sevilla, pero con menos tronío
que Marcos Matacana Martín, y que me mandara su primer libro. Pue eso. Sin
calima, pero espolvoreado me llega desde esa ciudad Polvo en el aire, de Marcos Matacana Martín, editado en
palimpsestoeditotial. Un libro esperado por muchos motivos: es irrespetuoso, insolente,
cínico, atrevido y “real como la vida misma”. Es el primer libro de un
poeta-profesor que sabe, y este es uno de los aciertos de Polvo en el aire,
aprovecharse de nuestros clásicos, usar la intertextualidad, tocar la fibra de
la sensibilidad, rebajarla, retorcerla el cuello y cuando parece que el poema
va a caer en el melodrama, cuando uno teme que la poesía poliéster va a
llevarse a la poesía cotidiana, a veces desnuda, poesía puta o yonqui, poesía
de la honda melancolía, aparece la maestría del poeta y el poema remonta y
vuela y se hace grande y poderoso. Y es entonces cuando nos encontramos con
poemas que son un mundo, que es lo que debe ser un poema, una historia, un
relámpago que ilumina y deslumbra, poemas que le dejan a uno con un nudo en la
garganta y un temblor en el corazón. Pero es un libro, sobre todo, con una
técnica brillante, chorreando musicalidad, medida, ritmo, acentos y
endecasílabos de antología. Es un libro, para bien o para mal, sin puntos, ni
comas, ni mayúsculas porque no los necesita, porque es una poesía que viene de
una tradición yanqui, donde la norma es no tener norma, donde el verso fluye
suelto, libre y que el lector respire donde pueda, donde la emoción le deje.
Polvo en el aire es un muestrario de citas de poetas admirados por Marcos
Matacana Martín, citas que, en ocasiones, podrían ser innecesarias, pero que en
un libro de este calibre se agradecen para que uno no se pierda en el camino.
Un libro necesario, único, que puede marcar un momento en la poesía del siglo
XXI. ¿Hace falta decir que es un libro que hay que tener en la mesilla de noche
por si las moscas? Dicho está.
polvo: Imagínense que Bukowski hubiera nacido en Sevilla, pero con menos tronío
que Marcos Matacana Martín, y que me mandara su primer libro. Pue eso. Sin
calima, pero espolvoreado me llega desde esa ciudad Polvo en el aire, de Marcos Matacana Martín, editado en
palimpsestoeditotial. Un libro esperado por muchos motivos: es irrespetuoso, insolente,
cínico, atrevido y “real como la vida misma”. Es el primer libro de un
poeta-profesor que sabe, y este es uno de los aciertos de Polvo en el aire,
aprovecharse de nuestros clásicos, usar la intertextualidad, tocar la fibra de
la sensibilidad, rebajarla, retorcerla el cuello y cuando parece que el poema
va a caer en el melodrama, cuando uno teme que la poesía poliéster va a
llevarse a la poesía cotidiana, a veces desnuda, poesía puta o yonqui, poesía
de la honda melancolía, aparece la maestría del poeta y el poema remonta y
vuela y se hace grande y poderoso. Y es entonces cuando nos encontramos con
poemas que son un mundo, que es lo que debe ser un poema, una historia, un
relámpago que ilumina y deslumbra, poemas que le dejan a uno con un nudo en la
garganta y un temblor en el corazón. Pero es un libro, sobre todo, con una
técnica brillante, chorreando musicalidad, medida, ritmo, acentos y
endecasílabos de antología. Es un libro, para bien o para mal, sin puntos, ni
comas, ni mayúsculas porque no los necesita, porque es una poesía que viene de
una tradición yanqui, donde la norma es no tener norma, donde el verso fluye
suelto, libre y que el lector respire donde pueda, donde la emoción le deje.
Polvo en el aire es un muestrario de citas de poetas admirados por Marcos
Matacana Martín, citas que, en ocasiones, podrían ser innecesarias, pero que en
un libro de este calibre se agradecen para que uno no se pierda en el camino.
Un libro necesario, único, que puede marcar un momento en la poesía del siglo
XXI. ¿Hace falta decir que es un libro que hay que tener en la mesilla de noche
por si las moscas? Dicho está.
______________________________________________
Coda
final
final
Días azules
Estos días azules y este sol de la infancia
Antonio Machado
días azules porque nada
de lo que ha ocurrido luego
nos iba a pasar a nosotros
de lo que ha ocurrido luego
nos iba a pasar a nosotros
Autorretrato
Un pálido dibujo a tres colores.
Charles Baudelaire
Charles Baudelaire
yo también fui fuerte
y confié en que el tiempo
correría a mi favor
y confié en que el tiempo
correría a mi favor
y creí que vivir
valdría la pena
valdría la pena
y llegué a pensar
que era un buen tipo
incapaz de hacerle daño a nadie
que era un buen tipo
incapaz de hacerle daño a nadie
y mira ahora
en qué me he convertido
en qué me he convertido
Tú nunca dejarás de
ser un niño.
ser un niño.
Tu dignidad es la de todos.
José
Agustín Goytisolo
Agustín Goytisolo
tú nunca dejarás de
ser un niño
ser un niño
que no va a perder
nunca la inocencia
nunca la inocencia
sincera de los labios
cuando crezca
cuando crezca
serás un niño mudo a
la mentira
la mentira
incapaz de contar que
eres feliz-
eres feliz-
en las rutinas siempre
un niño
un niño
molesto en las
iglesias y en la siesta
iglesias y en la siesta
la risa en los
momentos graves
momentos graves
un joven un adulto un
viejo siempre
viejo siempre
mirado por algunos
con lástima o
desprecio
desprecio
que nadie envidiará
porque quizás
porque quizás
no llegues a saber qué
es la amistad
es la amistad
ni llegues a entender
qué es el amor
qué es el amor
aunque lo sientas
tú nunca vas a ser
capaz de comprender lo
que te escribo
que te escribo
aunque eso en realidad
no importe mucho
no importe mucho
el día que te tenga
que dejar
que dejar
solo en el mundo
te costará entender
qué me ha pasado
qué me ha pasado
o puede que te enfades
y que busques
y que busques
mi foto en tu carpeta
un pictograma
un pictograma
perdido o un juguete
que se ha roto
que se ha roto
o puede que te tapes
los oídos
los oídos
por no querer oír
el brillo de una
lágrima en los ojos
lágrima en los ojos
que el tiempo va
pasando y que el invierno
pasando y que el invierno
termina por llegar y
que no siempre
que no siempre
se puede ir a la playa
aunque se tengan
aunque se tengan
deseos de nadar
tú has nacido hijo mío
porque un hombre
porque un hombre
lo sepa o no lo sepa
puede ser
puede ser
honesto y generoso
como tú
como tú
lo serás siempre
porque tu vida
no es menos misteriosa
ni más absurda
ni menos digna
que la de Julia