Cuadernos de Humo

Desobediente, de Julia Bellido

SE ESTA HACIENDO TARDE PARA TODO

Posiblemente tanto las cuatro citas que abren el libro como los cuatro títulos en los que se divide “Desobediente” nos pueden dar una pista de la poesía de Julia Bellido. Las citas: Clara Janés, Mary Oliver, Henry D. Thoreau y John Burroughs. Los títulos: Un animal independiente, Sin una habitación propia, Canción triste de Ariadna y Cosmic consciousness. Por si hubiera alguna duda el poema que abre el libro, al que da título, nos sirve de programa y “poética” en la que caminar por los sesenta poemas de “Desobediente”.
A los que hemos seguido la poesía de Bellido (Jerez, 1969) no nos sorprende el argumento de “Desobediente”, sino más bien apreciamos el crecimiento lógico de una voz que ya, en sus comienzos, sonaba armoniosamente, con un sonido a cazalla y miel, dulzura y rabia, melancolía y alegría de vivir. Uno admira el uso del adjetivo preciso y exacto (que en la poesía de Bellido siempre da vida, nunca mata), la agresiva fuerza lírica, las sorprendentes y punzantes imágenes que iluminan el poema, la fuerza “narrativa”. La poesía de Bellido tiene por un lado la fuerza de la mirada a la naturaleza de Mary Oliver y por otra los demonios “locales” y familiares que descolocan en cierto modo a la poeta. Poesía del bien y del mal, del yo, un yo desafiante que a nosotros nos parece, más que un pronombre personal, una forma de definirse y afrontar cara a cara su propia identidad y la de los demás. Una identidad que nos revela una poesía honda, dolorosa, violenta, y a la vez una introspección a lo existencial. Una poesía a medio camino entre la metafísica y el andar por casa, “donde habita el logos” y otra donde importan “las maneras de estar”, que nos recuerda a Gil de Biedma: “Se te está haciendo tarde para todo. // -me dices mientras fumas un pitillo / y te metes un whisky entre pecho y espalda– // y miro a mis arrugas / -las profundas arrugas de mis ojos- / como surcos amables de una vida / que no ha pasado en vano”.
Un libro que duele, que le deja a uno estremecido, sintiendo una cuchillada en el corazón y una hoguera en la razón. Un libro en el que “la palabra es un fuego / que quema la garganta / cuando muere en los labios / o deja de escribirse”. Una palabra, un libro, que escuchamos y leemos, aunque quema.
“Desobediente” está editado por Garvm y en él aparecen dos poemas publicados originalmente en Cuadernos de Humo. Uno de ellos, “En Brooklyn”, está dedicado a HB.


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